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El remanso de un buen día de trabajo. 🌚
 
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JamesLautrec · 36-40, M
Dejó ir el pañuelo mientras aquellos dedos delicados tomaban el mismo con una lentitud que delataba la duda en ellos, bajando de a poco su mano mientras se daba cuenta de como la enfermera parecía ahora dedicarse a examinar el pañuelo; el detalle que mencionaba era, en efecto, minimalista, y las letras eran tan pequeñas que podrían fácilmente pasarse por alto, pero el trabajo de costura era lo suficientemente bueno para que cada una de sus iniciales luciera concisa y totalmente legible.

— Es solo un pequeño detalle. Cuando aun estudiaba, siempre me encontraba admirando el porte de todos los referentes a los que acudíamos, desde Kraepelin hasta Cioran, siempre en trajes sencillos y exquisitos. Así que los primeros ahorros de mis honorarios los gaste en un traje a la medida, y el sastre me regaló el pañuelo. Yo le pedí las iniciales, pero ahora no sé si no hacen más que lucir trilladas y arrogantes.
 
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