—¡Noo! ¡Ramón, vuelve!... ¡Te hará caramelo!— Se refería al dragón, casi se podría jurar que lo estaba viendo llegar al polo norte.

—El dragón ya volvió con queso de frutos silvestres y regreso con Santa Klaus...—

Quería ver hasta donde llegaba esa conversación semi-onírica.

—Ay no... Viejitos. Viejitos en todos lados.— Ella y sus traumas televisivos porque no conocía Miami.

—¡Dile al dragón que vuelva!

-Eeh... Nos desviamos y terminamos en Miami.—

Jugaba un poco con la somnolienta lobezna.

—Aiñ...— Sintió como fue limpiada eso la despertó un poco, abrió uno de sus ojos hasta la mitad para verlo, aun que fuera de manera borrosa.

—¿Ya llegamos a Las Vegas?— Sus sueños eran raros.

-le limpia la baba-