Se notaba tranquila, bastante. A lo lejos podía recordar haberla vista con más confianza ya dentro de la sala común de la familia. ¿Será que él se volvía aburrido? Aún siendo tan joven y un tanto ocurrente, pensó tan veloz que mejor sacudió su cabeza y disimuló despeinarse una vez más.
— ¿Te parece si fumamos? No sé del todo si sea de tu completo agrado, pero no tienes que reprimirte conmigo, no he de juzgarte porque me has visto y tú no me has hecho una mala cara. — Intentó establecer más confianza, ayudarle a cargar con aquello que la evitaba ser ella. Desde que la conoció había notado que hablaba con tal naturalidad y empoderamiento que se le hacía imposible que no lo hiciera más. Podría considerar la opción de que él era un tanto molesto, pero se había propuesto llevarse bien con la mayoría.
— Además, serán suaves. Creo qué hay de sabores o, podemos ir por algo. No sé Nikki. Hace unos días dijiste que serías mi favorita, dime que es verdad —