¿Quien se atrevería a darle una mala cara? La sorpresa de su mirada se notó, era muy expresiva, luego afiló el gesto con ciertas ganas asesinas pero se aclimató una vez respiro profundo de forma lenta. Entonces del bolsillo de su pantalón saco una vieja cigarrera, era de su padre muy bonita como para ser un objeto de uso masculino. Dorada con pequeños detalles y una flor en el centro adornada con un marco discreto.—Hay mentolados, de cereza y de Malboro... Escoge el que prefieras. — su gesto se transformó en una risueña mirada acompañada de una sonrisa que resguarda un deje tierno hasta que le recordó su convicción y fue que como si un aire despeinara sus cabellos el fuego de su mirada era muy directo. —Lo seré! — contuvo un momento la respiración hasta que sacó su encendedor, bastante llamativo para ser un simple encendedor.

Se notaba tranquila, bastante. A lo lejos podía recordar haberla vista con más confianza ya dentro de la sala común de la familia. ¿Será que él se volvía aburrido? Aún siendo tan joven y un tanto ocurrente, pensó tan veloz que mejor sacudió su cabeza y disimuló despeinarse una vez más.
— ¿Te parece si fumamos? No sé del todo si sea de tu completo agrado, pero no tienes que reprimirte conmigo, no he de juzgarte porque me has visto y tú no me has hecho una mala cara. — Intentó establecer más confianza, ayudarle a cargar con aquello que la evitaba ser ella. Desde que la conoció había notado que hablaba con tal naturalidad y empoderamiento que se le hacía imposible que no lo hiciera más. Podría considerar la opción de que él era un tanto molesto, pero se había propuesto llevarse bien con la mayoría.
— Además, serán suaves. Creo qué hay de sabores o, podemos ir por algo. No sé Nikki. Hace unos días dijiste que serías mi favorita, dime que es verdad —

Normalmente se desenvuelve más segura, aunque infantil siempre lo hace de forma natural pero en este instante no desea que la vea como una niña. Apretó los labios ya que había estado mirándole de más, así que tuvo que desviar un momento ..—Te invito a dar una vuelta... ¿Vamos?— se aproximó al rubio , nerviosa pero decidida reprendiendose así misma por tener aptitudes de sus demás parientes. No, así no es ella. Pero es que.. algo tiene el león que se siente su presa por instantes.

— Quizás podamos, hacerlo ambos. — No formuló bien su respuesta, tenía que admitir que tenía una chispa muy atrayente, pues no le resultaba indiferente. Si lo pensaba bien, no tenía contacto con ninguna de sus hermanas. Hasta parecía que dentro de su torpeza podía encontrar la calma para seguir contestándole. Suspiro suave. Solo subió sus manos con el propósito de despeinarse.
— Me refiero a, igual me gusta andar en madrugadas. El aroma del aire nocturno es lo más fresco que puede haber. Así que, entiendo el porque te gusta más. —

—Un baño de sol .. si, es bueno para la salud..— estuvo a punto de tartamudear pero no lo hizo, sin embargo por el nervio paso la pierna derecha por detrás de la otra rascando con la punta del zapato... —Ocasionalmente... Aunque soy más nocturna.. cuando el aire golpea mi rostro y despeina mi cabello mientras corro en la moto...supongo que podría ser mi similitud con lo tuyo...— comenta ya calmada, respirando suave para no olvidarlo...y le sonríe con encanto.

— ¿Eh? — Fue lo primero de sus labios salir tras escuchar la voz femenina. Abrió sus párpados, dirigiendo la vista a la dueña de esa voz tan calma y jovial. Su iris se centra y no duda ni por un momento en tontorron sonreírle de la manera más suave que puede ofrecer.
— Quería sólo sentir.. el sol calentándome, esos baños a veces me traen de vuelta a la vida. ¿Lo has intentado? —

—Que perfecta posición, sombra luz..pueden suceder muchas cosas en tu piel ¿Sabe? — no lo decía en tono sexual, no en ese momento. Se imagino otras cosas, cubiertas de un llamativo rojo que gotea, que ensucia lo puro del tono de su piel y que ella se presta en cualquier momento a limpiar.