— Quizás podamos, hacerlo ambos. — No formuló bien su respuesta, tenía que admitir que tenía una chispa muy atrayente, pues no le resultaba indiferente. Si lo pensaba bien, no tenía contacto con ninguna de sus hermanas. Hasta parecía que dentro de su torpeza podía encontrar la calma para seguir contestándole. Suspiro suave. Solo subió sus manos con el propósito de despeinarse.
— Me refiero a, igual me gusta andar en madrugadas. El aroma del aire nocturno es lo más fresco que puede haber. Así que, entiendo el porque te gusta más. —