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L1580236 · 26-30, F
Dejó escapar una risa corta y negó con su cabeza mientras acariciaba suavemente la cajita de golosinas. Llegar al tema de Fiammetta le causo una mueca, ni siquiera una carta había recibido de su parte, solo deseaba saber si estaba bien en aquella misión tan importante. — Si, ayudame a limpiar. — Movió un poco más ruedas de su silla dejando antes de eso la caja de dulces sobre la mesa de noche. — También he tenido trabajo, mi habitación necesita un poco de orden...— añadió haciendo una mueca. Definitivamente sería más fácil limpiar si pudiera estar de pie.
Mostima · 26-30, F
Cerró los párpados y exhaló un profundo suspiro. —Suenas demasiado trágica, si sigues pensando cosas tan sombrías, hasta los dulces te van a saber amargos.— Se dirigió a la mesa de la habitación, flores que ya habían expirado adornaban un florero adorable. Las reconoció de inmediato. —No creo que Fiammetta se aparezca por aquí en un buen rato, le perdí la pista hace al menos una semana, y conservar esto hasta que regrese es muy sentimental. ¿Te ayudo a limpiar?— Tomó uno de los pétalos marchitos, mostrándolo al ángel.
L1580236 · 26-30, F
Esa caja de golosinas evocó viejos recuerdos. Lemuen no fue capaz de evitar una sonrisa pero pronto desapareció. — No hay mayor agonía que recordar la felicidad en tiempos de miseria...— tomó entre sus manos las golosinas acariciando delicadamente la caja. — Es suficiente tenerte de vuelta para llenarme de dicha, Helel. —
Mostima · 26-30, F
Sonrió, aunque su mirada se veía algo perdida, como si una parte de ella estuviera divagando en un lugar en donde nadie, ni siquiera el ángel que tenía enfrente podía alcanzarla. —Lo siento... últimamente tengo más trabajo que de costumbre, además de la Iglesia, Emperor tiene asuntos que resolver, pero te traje estos.— Llevaba ambas manos ocultas a su espalda, cuando las reveló, puso sobre el regazo de la Sankta una caja de los dulces que comían cada vez que visitaban juntas Lungmen.
L1580236 · 26-30, F
Levantó su cabeza y parpadeó un par de veces como si se hubiera quedado perdida en sus pensamientos por mucho tiempo. — Si vinieras a visitarme más seguido, sabrías que luzco así con más frecuencia de la que imaginas. —
Mostima · 26-30, F
—Hace tiempo que no te veía tan pensativa, Lem.
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