¡Si!...

Le dedico una sonrisa mientras recorrían el festival que había preparado en conjunto con algunos aldeanos para dar termino una etapa que trajo consigo perdidas irrecuperables. Habían puestos con comida dulce y algunos juegos para que los niños se distrajeran, en el recorrido terminaba en un altear donde se ofrecían ofrendas para aquellos que ya no se encontraban entre ellos.

Pensé que no podíamos dejar de lado aquellos que no están con nosotros... Menciono mientras mordía a su manzana envuelta de confite rojo. ¿Te parece dejar una ofrenda al final del recorrido?

— ¡Me encantan las sorpresas que no me hacen daño! {?} —

Por fin todo era paz y tranquilidad en Inazuma, por lo que ambos se podían dar el lujo de relajarse, algo que hacia un buen tiempo atrás se les habia sido negado.

— Vamos a divertirnos hoy, Hime-sama. —

Y le dedicó una brillante sonrisa.

Era una sorpresa, si te decía no lo disfrutarías

Menciono ella sonriendo. Ella sabia que últimamente los deberes y el trabajo había aumentado y reconocía que el cansancio estaba llevando al límite a la gente que trabaja con ella por lo mismo había organizado en secreto un pequeño evento donde la gente podría olvidarse y descansar aunque fuese un momento corto y quizás efímero.

¡Hime-Sama! ¿Por que no me avisó que debiamos vestirnos de esa manera?