El conflicto que veía en su tierra natal le rompía el corazón, ¿Cómo habían llegado a ese punto?. Sinceramente ya no podía tolerar el mandato de la Shogun en la búsqueda de las visiones y tampoco permitir que su nación se dividiera en dos, tanto conflicto lograría destruir lo que tanto defendió alguna vez su honorable casa.

Aquellos pensamientos no dejaban su mente y aquel ofrecimiento que Gorou le hacia rompía con ese pesar y le traía un poco de aire fresco, necesitaba encontrar una solución que no dañara s u pueblo ¿Pero cual?...

Descuida... La verdad estoy bien... Lo que no se había percatado hasta entonces, era cuanto resistiría aquel bando, los suministros empezaban a faltar y pronto la fatiga podría dar signos entre los de la resistencia.