El camino se comenzaba a hacer complicado, lo único que podía ver era lo que la luz de la luna y las estrellas alcanzaban a alumbrar, sin embargo el joven no detuvo su marcha, de seguro algún animal salvaje podría darle problemas. Se detuvo solo un momento para beber agua de su cantimplora cuando de pronto un destello para nada usual alumbro el paraje dejando una estela mientras caía entre las montañas.

— ¿Uh...?

El castaño jamás había visto una estrella fugaz, solo lo había escuchado en cuentos. Habían demasiadas leyendas que contaban sobre un increíble tesoro que caía junto a ellas. A pesar del peligro corrió a todo dar para poder alcanzarla, aún estaba lejos.