Lo de venir aquí no hace unos años lo descubrí y lo del hipocampo si desde que me lo regalaron....
*no sabía bien a qué se refería pero le contestó las dos cosas que pensaba, mientras miraba como se teñia el cielo de esos colores naranjas, mientras el sol los iba dejando atrás, separo un poco su vista de aquel hermoso paisaje que les daba la naturaleza para ir un poco más adentro del lugar, sacó un pequeño bahul donde tenía algunas cosas como comida y unas mantas.*
Los atardeceres son mejores aquí que en el campamento, no se alcanza a ver bien ahí.
*se puso al lado de él mientras miraba de nuevo había colocado algunas cosas en el suelo como las mantas mientras dejaba abierto el bahul para que pudieran tomar un poco de la comida, había algunas cosas más al fondo pero no se lograban apreciar muy bien, para ella ese pequeño lugar esa su escape para su vida anterior antes de los dioses y criaturas que se pensaba solo eran mitológicas.*

— ¿Siempre has podido hacer esto, Cy?
Cuestionó mientras apreciaba el paisaje, su mirar iba directo al recorrido, los destellos del sol rebotaban con suavidad en el agua, destacando que hasta podrían perderse en el azul reflejo del cielo, daba la impresión de que estaban volando de no ser por el sonido del agua bajo ellos. Mientras más se alejaban la silueta de las montañas era más visible y tomaba forma y color.
— Pensé que ya lo había visto todo.
Enunció mientras veía la naturaleza en sincronía con el tiempo, el acercamiento de la dichosa "hora mágica ", aquella que según los humanos ocurría en la transición del día a noche. Allí podía apreciarse mejor, soltó a Cyrene un momento únicamente con la intención de cubrirse un tenue momento de uno de los rayos solares para poder apreciar el azul marino llevándose el protagonismo en el cielo con sus primeras estrellas.

*al estar en el agua el hipocampo empezó a andar en el agua se sentía como si cabalgata un caballo normal, solo que el agua apenas y los mojaba, después de unos minutos llegaron a unas montañas desde el campamento apenas y se veía.*
Llegamos.
*le sonrió tranquila y un poco entusiasmada ya se podía ver que el atardecer parecía que tocaba las montañas, bajo de él hipocampo mientras miraba hacia el horizonte.*
Aquí las noches son muy bellas y podemos tener un poco más del mundo humano.

No sujeto su mano, no estaba acostumbrado a dicho gesto pero dada la personalidad bondadosa de la chica desde que él apareció, podía permitirle tener dicha cercanía, así sin más le sujetó con suavidad.
— Así qué, sueles escapar.. quien lo diría. —
Algo que sin duda le agradó saber para futuros planes que tenía en mente y así él poder saber en quién confiar. Fue entonces que una criatura llamó su atención, era un hipocampo que acudió al llamado de la joven. Encarnó una ceja, sin duda no pensó que montaría uno en su vida.
Subió con Cyrene, nada podría salir mal después de todo, nadie se avistaba y la tierra no captó los pasos de nadie, sí, podía llegar a sentir las tenues vibraciones pero ahora, iban al territorio de la chica; El agua.

*sonríe feliz al escucharlo, no podía evitar sentirse de ese modo tomando la mano de él lo guió saliendo de la vista de todos, ella conocía bien el camino ya que siempre iba cuando quería estar sola.*
Te va a encantar, lo prometo
*llegaron al lago del campamento, puso una de sus manos en el lago y a los segundos apareció aquel hipocampo de colores azules y verdes, sin soltar la mano de Káiser subió al lomo de la criatura.*
Ven falta poco.

Ciertamente quería probar más de ese mundo una vez que lo había conocido, no se imaginó que fuese así. ¿Y escaparse? Le iba de lujo, por lo que su resistencia al plan fue nula.
— Te sigo, Hija de Poseidón. —
Bromeó, dedicandole una media luna de sus labios.

A un lugar especial un poco más allá del campamento.
Anda vamos antes de que nos vea Dionisio.

Podrías pasar por alto algunas cosas, por un rato.
Ven vamos de paseo.

No, sólo ideando. Hay tanto que no se puede pasar por alto.