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Herido si, torturado también, pero mis enemigos jamás me verán caído, no importando cuanto pretendan flagelar mi dignidad.
 
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Cortar el suministro y la circulación de aire, a través de la garganta era el método más efectivo para escapara de las fauces de una bestia salvaje, o al menos eso había demostrado aquel prisionero. Así se libraría de tal agarre. Una sádica mirada se adueñó de su rostro, contemplando aquel cuerpo se agitaba frenéticamente hasta que le soltara.

Finalmente, éxito... apartó su brazo, dejando que aquel líquido se escapara de su cuerpo, resintiendo un poco aquel dolor.

Su mirada, por un instante, adquirió los matices de aquella sangre derramada en un tono más brillante, parecía algo más que sólo burlarse de éste, pues sostuvo la tensión de la cadena por unos segundos más hasta que le permitió respirar antes de desvanecerse.
-No sabe por quién, o el motivo por el que está secuestrado y encadenado, sin embargo, algo le dijo que aquel rubio es quien lo hizo; por lo que su agresividad está enfocada hacia él.

Con el dolor que le provoca la mordida, espera que aquel extraño ceda y por fin lo libere.
Lo que no se espera es aquel agarre a su cuello con la cadena, en el momento que esta comienza a presionar su cuello, es que siente el ahogamiento de la misma.

En efecto el azabache suelta el brazo ajeno, con tal de tratar de respirar, al mismo tiempo que profiere un gemido ahogado, y con desesperación agita su cuerpo entre sufridos espasmos.-
No pasaron más de cinco segundos para notar aquella punzante presión que sintió en su brazo. Su mirada creció al punto en que una lágrima tenía la intención de recorrer su blanca piel; su garganta ahogó con todas sus fuerzas el deseo de gritar. —Oye... si tenias hambre... debiste decírmelo...—

La idea de que su brazo fuese arrancado le angustiaba de alguna manera, por lo que decidió usar su mano libre para sujetar una de las cadenas colgando de los muros para colocarla alrededor del cuello contrario y apretar para que este relajará la mandíbula.
-Asombrado. No puede creer que aquel hombre haya caído tan fácil ante una súplica. O sus enemigos tenían razón, aún se ve como un mocoso. Eso no importa...

Justo en el momento que el desconocido acerca el recipiente a su boca y, por unos momentos parece a punto de beber; espera una fracción de segundo, a que la compasión ajena termine por hacer lo suyo.
Es entonces que, sin beber el agua, atrapa con su dentadura afilada la mano ajena; sujetándola fuerte y con una necedad imperiosa, para que este... o diga como llegó ahí, o le de de una maldita vez la llave para escapar del lugar.-
Mas aquel pedido por un poco de aquel liquido vital le hizo retornar la mirada al contrario, recordando el lamentable estado en el que se encontraba y que éste se veía imposibilitado por moverse.

Agua... eso era lo que quería. Afortunadamente aquel mantenía un pequeño recipiente guardado entre sus ropas para así evitar ser sorprendido. De su chaqueta, extrajo un pequeño frasco metálico con un aspecto muy simple. Parecía aplastado, pero tenía lo suficiente como para saciar su sed.

— Toma... bebe. —
Susurró al tiempo en que acercaba aquel recipiente de agua y lo inclinaría justo al estar cerca de ella y servirle. -
-Aquella manera de actuar del contrario, le resulta extrañamente sospechosa, sobre todo después de haberse reído de su situación...

Mira con detenimiento, hacia arriba, como intentando medir los grilletes que lo atan y, mientras mantiene la mirada en estos, musita con un leve tono.-

Agua... necesito... ¿puedes conseguirla...? -A pesar de los golpes, los azotes y otras cosas que han hecho con él, espera, confía en tener la suficiente fuerza para lo que sigue.-
— Seguro, seguro. — Comenta con un toque de sarcasmo mientras sonríe divertido. — E-Eh... es una larga historia. — rascó su mejilla derecha en un signo de duda y complicidad, buscando la mejor excusa para dar. — Solo diré que el experimento tuvo resultados contraproducentes.— así mismo, desviaba la mirada, tratando de evadir obviamente el contacto visual.
Cállate -Replica con molestia, para luego añadir.- Puedo salir de esto cuando quiera... por cierto, ¿cómo llegaste aquí?
— Así no darles la satisfacción que buscan, volviendo su victoria en un acto incompleto y mediocre. Aunque... el simple hecho de tener a uno cautivo ya es suficiente victoria. ¿No lo crees?

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