— En instantes se quedaba quieta, como si sus juegos traviesos o esos trucos de seducción fuesen descartados con facilidad al interactuar más de cerca con otros, no era una mujer tímida, pero observando, oyendo y viendo ha aprendido a entender a otros seres, o al menos eso cree, sentirse más apacible ante otros en una situación "normal". Le sonrió más amigable, por más que fuese raro ya sentía comodidad con Krad, le permitió acercarse de nuevo, podía oler aquel perfume, el aroma varonil y esa extraña amabilidad con la que le ayudaba.—

Gracias. A veces es extraño sentirse tan apegada a otros de este modo. — dijo por inercia, incluso contenta, pues el movimiento de su cola manifestaba dicha emoción.—

Dime algo, te gustaría dar un paseo nocturno, no suelo tener compañia últimamente para eso.

—Anaïs —Repitió, con la misma voz sedosa que había usado antes al llamarla "demonio"; pero esta vez con un deje de travesura —; un nombre adecuado. Elegante, atractivo. Te sienta bastante bien.

Lo único que hizo al verse despojado del saco, fue reír entre dientes, dando por perdida la prenda; cosa que remarcó al decir: —Suerte que tengo otra igual... Y que decidí usar perfume hoy. Adiós, precioso saco. —Y, en vez de intentar recuperarlo, lo acomodó mejor sobre los hombros ajenos, de la misma forma en que ella había jugado con el cuello de su camisa. —Al menos se te ve tan bien como a mí.

— Su mirada viajó sigilosamente desde sus rostro hasta su cuello e incluso hasta su pecho que se veía a medias con la tela cubriendo, era una innata observadora, sobre todo con aquellos que considera una buena presa para sus deseos. Alzó una ceja al escuchar su nombre, algo corto y directo, le recordó por mucho al propio que obtuvo en antaño.— Krad, ni te imaginas lo mucho que me estoy aguantando.

— Contestó segura, sedienta en cada palabra que mencionaba. Pero reprimió sus ganas, tenía mucho interés en conocerlo y obtener de él compañía, la menos no una temporal. Deslizó las manos hasta su chaqueta negra y se la arrebató delicada, usándola cómodamente sobre sus propios hombros.— Puede decirme A-na-is. — deletreó cada sílaba mientras tanteaba su nariz a la par con el índice.— Anais. O así dicen que me llamo Jaja. ~

Ingenuo no era, tampoco indiferente a los encantos de la pícara joven; y fue por ello que no se opuso a que ella fingiera arreglarle el cuello, aunque no por ello bajó la guardia del todo. ーDudo mucho que lo seas, pero me parece que sabes... Contenerte. ーClaro que era una indirecta; no haría falta demasiada inteligencia para comprender lo que ella parecía buscar, ーY como premio por ello, claro que puedo decírtelo: mi nombre es Krad.

Una verdad a medias, pues al menos esa era la manera en que se hacía llamar, su auténtico nombre perdido en los recuerdos. Tras bajar la mirada para observar las manos de la chica, volvió a alzarla lentamente, hasta poder verla a los ojos; y no fue sino hasta entonces que volvió a dirigirle la palabra. ー ¿Y tú, tienes un nombre? No creo que sea muy galante de mi parte seguir llamándote "demonio"...

— Tenía claro al menos que había capturado la breve atención del hombre tras su aparición. No insistió en más tratos inútiles y divertidos con él, prefirió hacerse a un lado, reprimir su instintos de sed carnal aunque le costaba demasiado. Tan solo se mordió el labio inferior, "aliviada", de no ser considerada, al menos por ahora.—

Relájate, soy un ser inofensivo. —dijo sarcástica mirándole a los ojos, al fervor de esa expresión y como intentaba intimidarla con eso, aunque claro, eso no funcionó con ella solo la emocionó más. Su manos inquietas fueron entonces a situarse en el cuello de su camisa, con la excusa de tocar su piel e intentar acomodar la prenda.—

Me gusta el color rojo que traes puesto. ¿Te parece un halago suficiente para saber tu nombre?

Desvió la mirada, su atención llamada por el súbito movimiento de la cola ajena; lo que le hizo reír entre dientes y menear la cabeza, antes de retirar las manos del busto ajeno y guardarlas en sus bolsillos.

ーCreo que todos los seres tienen una razón de existir ーcomenzó, encogiéndose un poco de hombros; aunque su mirada penetrante parecía decir lo contrario, intensa, clavada en la contraria ー; y no me desagradas en absoluto. Así que espero que no me des motivos para ello.

No pareció molestarse en absoluto al recibir el pellizco en la mejilla, consciente de que aquella mujer solo quería entretenerse un poco con él. Y, fiel a su palabra, mientras no tuviese motivos para atacarla, se guardaría de ello, incluso prestándose para que ella se divirtiese; aunque todo él en su calma y amabilidad, irradiase un aura peligrosa, como la de un cazador al acecho que simplemente reprimiera sus instintos.

— Tal vez esperaba esa reacción, percibía ese poco tacto en él y la naturaleza que escondía también ante sus ojos. Tampoco le ofendía para nada su respuesta, era consciente de lo que ella era y lo que amte otros ojos se consideraba solo una capa superficial.—

¿Crees que intentaba fingir?, Mghmn, quizá un poquito nada más. Ja-ja, ¿te desagrada lo que soy?

— Respondió con una sonrisa divertida y le apretujo su cachete derecho. Estaba contenta, al menos así pudo manifestarlo cuando su cola demoníaca se asomó desde su retaguardia danzando con lentitud.—

Aunque no opuso resistencia a que sus manos fueran llevadas a los pechos de la chica, tampoco pareció inmutarse; como si fuese inmune a los encantos de aquella mujer. Tan solo alzó la ceja izquierda, lanzando un "¿Oh?" sin que su enojosa sonrisa se borrara, antes de responder.

—Bonitas. Suaves, muy reales. Pero ambos sabemos que una apariencia atractiva no significa que no podamos llevar un monstruo dentro. —Sus Dones, habilidades que sus Tótems guía le conferían, le permitían hablar con toda seguridad, a sabiendas de que la muchacha no era una simple humana ni por asomo. De hecho, podría achacársele a su buen humor y talante que se tomara todo aquello a juego, en vez de adoptar una actitud belicosa. —No puedes engañarme... Demonio. —Añadió, pronunciando cada sílaba de la última palabra con lentitud, como si las acariciara con la lengua.

Jajaja, ¡¿Pero qué dices?!

— Exclamó con una suave risa burlona al oírlo. Al menos alguien le consideraba como oponente, aunque su duda quedó abierta al no entender en que ámbito sería aquel enfrentamiento. Tampoco daba relevancia a la advertencia dicha en tales palabras, simplemente se mantuvo en su sitio como si le invitara naturalmente acercarse; hecho que así fue.—

Que miedo das de verdad, no te das cuenta que soy una humana, ¿puedes notarlo?

— Su ironía fue tanta, que teniendo tan cerca al hombre, tomó las manos adversas y las llevó hacía su propio busto, obligando que tocara sus senos sobre la tela que los cubría. Al dinal6 sonrió y elevó la vista hacía él fijamente.— esto es humano,Jm~

Lanzó una breve risa, sin perder ni el aplomo, ni la expresión traviesa del rostro; sería difícil saber qué tan en serio hablaba.

—Sé que eres alguien de quien debería cuidarme, y que en circunstancias normales quizá hasta serías mi adversaria. —Dijo, acompañando sus palabras con un guiño. —Pero aún no has hecho algo que lo amerite; así que no le daré importancia.

Dio un par de pasos hacia la chica, quedando de frente a ella antes de continuar.

—Y me gustaría que siguiera así. Sería una lástima borrar esa sonrisa de tan bonito rostro.