Oh ¿Realmente es así? —Contesta con un tono perdido entre la frialdad y el sarcasmo— Debo confesar que escuchar eso de alguna manera me sorprende. Normalmente sólo esperaría escuchar comentarios acerca de que nuestro imperio es bélico, al fin y al cabo muchas naciones se unieron precisamente con el propósito de poder hacernos frente.

—Tras un par de minutos y múltiples pasillos, el par arriba a la biblioteca principal del palacio. Enormes estantes que parecen no tener fin yacen ante ellos una vez que el pelirrojo abre la puerta— Ésta es la biblioteca principal del Imperio Kou. Aquí tenemos múltiples registros de nuestras investigaciones, así como textos históricos. Podría decirse que encontrarás cualquier tema de tu interés

— Finalmente parece que se cumple los ideales del Rey Sinbad, uniones amistosas que tengan muchos beneficios para ambas partes... — Con gracia camino entre el recinto colosal del imperio, al menos una parte, perseguida por las miradas de todos, Mira estaba completamente dispuesta a cumplir con su objetivo. — Este lugar es enorme, ya entiendo la gran admiración de otros imperios con este —

—Con notable rapidez surcan los cielos de Kou, pasando por diferentes poblados que yacen bajo la eterna guardia de una extensa cordillera, la cual se alza por todo el occidente. Entre las nubes y el cefiro se abren paso hasta arribar a su destino: un ostentoso y fuertemente custodiado palacio se descubre a su vista. Con el cuidado debido, las alfombras descienden hasta dejarles a ambos frente a la entrada principal del recinto real y cuartel general— Debo confesar que nunca imaginé ver aquí a una pilar de Sinbad. Es una clara señal de que los tiempos han cambiado considerablemente. —Se acerca a su acompañante para esperarla y guiarle por el lugar. No pasaron desapercibidas las miradas anonadadas de sus súbditos: algunos estaban admirados por la presencia de la fémina y otros, intrigados.—

Tomó asiento en su respectivo artefacto con mayor destreza, pero cuidando su porte, denotaba ser una soberana con cada acción que realizaba con tanta gracia y soltura que sin evitarlo se robaba las miradas de los presentes.

— Te agradezco, Joven príncipe — Y así fueron avanzando hacia aquel hermoso palacio.

No tengo el más mínimo inconveniente con eso —Acota asintiendo la cabeza. Se da media vuelta dirigiéndose a un grupo de soldados, extendiendo hacia ellos su brazo derecho— ¡Preparen el transporte, llevaremos a nuestra invitada al palacio imperial! —Sin chistar los uniformados siguen la orden al pie de la letra. Rápidamente colocan frente a Kouen y Mira un par de alfombras carmesí con el símbolo del Imperio Kou, artefactos típicos de la realeza que sin duda constituyen el transporte más eficiente. Con la misma destreza se forman a ambos lados haciendo una guardia de honor a las grandes personalidades presentes, seguido a lo cual el hombre de rojiza cabellera aborda su respectivo artefacto—

En la cercanía notó que Kouen era bastante alto y aún así no se sintió intimidada, al contrario ella le sostuvo la mirada y con una actitud llena de determinación contesto suavizando un poco su gesto. La aceptación del príncipe le dió tranquilidad y entonces comentó.

— Perfecto, seré yo la primera en ser instruida, una vez yo finalice mis hijas asistirán. ¿Está de acuerdo?—

Ya veo. Una decisión sensata, no podría esperar menos de ti — Relaja su rostro tras haber escuchado las intenciones de su contraparte— Ciertamente aquí nos especializamos en el arte de la guerra y pulimos nuestras habilidades de combate. Sé bien que mis hermanos han sido bien tratados por la Alianza de los Siete Mares, así que naturalmente estaré dispuesto a corresponder el gesto —Acorta distancias un par de pasos, sin perder la seriedad en el cruce de miradas que suscita entre ambos— Debo advertir que nuestro régimen es bastante estricto, espero que estén preparadas.

— En eso tienes razón, buscar la empatía de imperios más fuertes es una salida cobarde. Pero ese no es el tema ahora, el Rey Sinbad menciono algo de los intercambios con índole educativo para los príncipes y princesas de los demás imperios, supe de esto al notar la presencia de algunos príncipes de Kou en Sindria, por tal razón estoy aquí, desearía que mis hijas de instruyeran un poco en este imperio. Y mi necesidad claramente está enmarcada en enriquecer sus fortalezas en la arena de batalla, y yo también, me incluyo —

Mencionó todo con gran tranquilidad, pese a su gesto tan serio.

—Aquel comentario le hizo fruncir el ceño levemente, después de todo no era alguien que se caracterizara por un buen sentido del humor— El favoritismo nunca ha sido algo esencial para el Imperio Kou, sólo las naciones más débiles apelarían a eso. Pero dejemos eso de lado ¿Qué tipo de tratado te trae por aquí? Debe ser algo importante para que alguien de tu calibre se tome la molestia de presentarse personalmente.

— Debe ser difícil para el príncipe lucir una sonrisa cuando su país no se halla en el favoritismo de otros. ¡Ups!, Creo que excedí mi opinión, no sé lo tome a mal... Ren Kouen. Después de todo, solo estoy aquí por protocolos y tratados hechos por la alianza de los siete mares—