— ¿Eh?, ¡preocuparme!, ¡No digas estupideces!—

Le gritó con un gracioso gesto, las tersas mejillas de la Magi se pintaron de un tenue rosa. Kouen se equivocaba, ¡Si!, o eso era lo que ella desesperadamente ocultó.

— ¡Ya lo veremos!—

Y dicho esto huyó.

A pesar de su actitud presumida y arrogante, Kouen podía entrever de sus palabras cierto aire de nostalgia. Los motivos están lejos de ser claros pero, sea lo que fuera, tiene la certeza de que ella ocultaba algo.

Interesante ¿La magi que adora el caos y la destrucción ahora se preocupa por mí? Es algo difícil de creer

Cierra ambos ojos, no pudiendo ocultar una tenue sonrisa ante la gracia que dicha situación le suscita.

Pero descuida, no tengo intenciones de morir. Quiero ver con mis propios ojos el resurgir de un nuevo mundo

- Silenció y desvío su rostro hacia el lado contrario del hombre, fruncio el ceño y luego dio unos pasos apresurados para alejarse-

¡Jeh!, no te creas mucho Kouen, por mí que se maten unos a otros, yo...estaré viva, sí, como siempre....

- La fuerza de su voz se perdió en la última sílaba y para disimularlo se elevó dándole la espalda-

Solo no seas tan idiota, Kouen.

Je! Eso está bien, nuestro objetivo debe lograrse a como dé lugar

Ladea el rostro, observando de reojo a la Magi que ahora muestra un aspecto más serio e inclusive melancólico... al menos en opinión del pelirrojo.

Ya deberías saberlo, Judal, que cada integrante del Imperio Kou ha decidido desprenderse de su vida por el bien de nuestra meta. Si llegado el caso es necesario que debas tomar medidas extremas, no dudes en hacerlo.

-Se mantuvo intacta y más por la cercanía, Judal no estaba muy acostumbrada a las proximidades ajenas y por ello prefería permanecer quieta para parecer indiferente-

Aplastarlo es un plan que siempre esta en mi pensamiento,pero aún así, esperó que realmente logres garantizar me eso, de lo contrario ese sujeto será el único que sobreviva y acabe con todos.

-Empuñó la diestra y entre cerro la mirada, esta vez no se estaba yendo con historias a medias. Algo estaba inquietando a la Magi -

Sí no hay quien termine con él, yo podré hacerlo, pero no prometo la seguridad de nadie.

Es natural que otros se hagan más fuertes, es su única opción para poder hacer frente al Imperio Kou. No creas que no me he dado cuenta de ello, sé de lo que son capaces

-Cruza ambos brazos y avanza un par de pasos, deteniéndose al costado derecho de la magi-

Pero no olvides lo que nosotros podemos hacer. Ir a la ofensiva sin otra cosa más que el azar sería suicidio, pero cuando el momento llegue...

-Acerca su rostro al ajeno, lo suficiente para finiquitar sus palabras con un murmullo a su oído-

Los aplastaremos, tal y como te gusta hacerlo.

No es broma, sólo te estoy advirtiendo. ¿Por qué estaría yo en otro bando?,¿Que sentido tendría?.

- Le observó con un gesto tranquilo casi de aburrimiento, así dejó caer por completo sus talones y llevó ambas manos sobre sus pronunciadas caderas-

¡Oh! ¿Acaso escuché bien?

Una maliciosa sonrisa a medio lado delinea su boca, observando con burla e incredulidad a la pelinegra

¿Estás diciendo que temes a alguien más? ¿O insinúas que te encuentras en el bando equivocado?

Kouen, ¡Ni un rostro podrá conquistar lo que se avecina!.

-Lo soltó de inmediato para flotar frente a él y descender sobre el suelo, de una forma sutil, pues cuando sus pequeños pies tocaron el piso se empinó un poco-

Kouen, estas perdiendo el tiempo... Alguien, se esta volviendo muy poderoso y llegará el momento en que nadie podrá detenerlo. ¿podras vivir con la derrota?.

Vaya, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi, Judal -La observa de reojo- Pero supongo que es una ventaja, un rostro así debería facilitar nuestras labores de conquista ¿no lo crees?