-La conciencia de koraline casi había desaparecido completamente, ahora era un ser instintivo dominado por la ira, siempre temió que llegara este momento, creía que había logrado estabilizar su vida en la tierra, deseaba que nadie a quien amo, fuera afectado por ella misma. En el mismo lugar donde se desvaneció, se abrió la tierra, provocando que el cielo se tornara rojo, la tierra volvió a sacudirse, aún que esta vez mas fuerte. De aquel agujero salía magma ardiente, salpicando el lugar y quemando a su paso. De pronto la cazadora pudo notar cómo en medio de todo ese calor …
-Se habia logrado meter en la casa con exito, y aunque esperaba que la demonio le siguiera, no lo habia hecho. Sin embargo, podia sentir la tierra crujiendo y abriendose. No le serviria como escondite la casa, teniendo que salir de esta para seguir escapando. Pero al hacerlo vio a la distancia a la joven Paladin que habia venido a ayudarle. Ocupada con alguien que le detenia el camino rodeado por una niebla. Eso le dio una dio una idea y sin dejar de correr, cambio su curso para girar y comenzar a dar un gran circulo dirigiendo a la Sucubo directamente hacia el otro demonio-
-Al notar que su oponente se alejaba rápidamente del lugar, fue tras ella sin importar lo que hubiera a su paso, a media ella avanzaba volando, la tierra se abría y comenzaba a salir magma, todo lo que tocaba se incendiaba rápidamente, ya no tenia conciencia.
Lo que había mencionado la paladín terminó de desatar su furia, los humanos la habían dañado y profanado, por lo tanto luego de acabar con la cazadora iría por ella, para así devorarla-
... emergió de su cuerpo. Dicha neblina comenzó a crear un muro azabache y nebuloso en torno a ellos, marcando así el límite de lo que aquella guerrera podría avanzar.
— Si insistes... yo seré quien te destruya, humana tonta...
Aquella fina y carmesí mirada se centró en la rubia armada con una espada, parecía estar dispuesta a combatir ciegamente al hombre de jovial aspecto y cabellera azabache. Éste a su vez, le devolvía la expresión con una sutil y confiada sonrisa, especialmente desde que aquella espetaba dicha declaración sin tener idea de quién éra aquel muchacho en realidad.
Su entrecejo se frunció de manera más amenazante, mientras su sonrisa dejo en descubierto su blanca dentadura, misma que comenzó a cambiar a una apariencia más bestial, en especial sus caninos.
— Pequeña tonta... no tienes la menor idea de quién está frente a ti...
Espetó al tiempo en que su voz comenzó a distorcionarse al punto en que no solo una sino dos comenzarían a hablar al mismo tiempo, dejando ver que la segunda voz sonaba aún más rasposa y gutural.
— No... Más te vale a ti que no intervengas... o conocerás el verdadero terror de la verdadera capacidad de un demonio...
-Una segunda entidad diabolica se hacia notar en el lugar. Y no estando preparada completamente para la situacion, de momento tenia que evadir a la Sucubu. Por lo que su primera idea fue correr en direccion a una casa, saltando para atravezar un ventanal y entrar en esta. Cualquier cosa que sirviera de obstaculo entre la demonio y ella. Para tomar algo de distancia. Y tratar de sacar provecho al tamaño que ahora tiene su perseguidora, para que le fuera mas dificil alcanzarla en espacios pequeños-
-Se detuvo gracias a que la precedencia demoniaca que había percibido antes, estaba en el lugar, si bien en ese estado no reconocía a nadie, sabía que era alguien a quien no atacaría, por ende baja y busca a la cazadora, la cual prometía alejarla de la tranquilidad que hace muy poco había logrado alcanzar.
Ella no pretendía dejar vivas a las personas que la ataquen, no tenia sus sentidos al 100%, ya que no estaba usando su discernimiento, era la primera vez que esa forma en ella se descontrolaba, necesitaba sangre junto a su energía vital, tanto tiempo sin ella era letal.
Bajó rápidamente hasta alcanzar a la cazadora nuevamente, se acercaría lentamente a ella acechándola -
Susurró para si mismo mientras plácidamente observaba el encuentro en aquel trono de piedra, complacido por la brutalidad de los ataques de Koraline, aun le faltaban cosas por saber, pero para ser un inicio no estaba nada mal. A este paso seguro tendría la victoria. No obstante, la repentina llegada de aquella rubia le hizo desviar su atención, parecía que venían los refuerzos, por lo que pudo deducir que seguro vendría a intervenir.
Su entrecejo se vio fruncido ante el grito que aquella rubia pronunció, tratando de atraer la atención de Koraline, por lonque su cuerpo se disolvió en el aire, desapareciendo y reapareciendo inmediatamente frente a la Paladín en una elegante entrada.
— Nadie intervendrá hasta que la princesa K termine su jueguito.
Comento mientras extendía sus brazos a los costados, en una típica posesión para bloquearle el paso.
-Habia terminado siendo estrellada contra el suelo. El golpe hacia dolido pero era mas preocupante que esta atorada por la fuerza con que la impacto el suelo. Tratando de forcejear para liberarse. Alarmada por la situacion hasta que escucho una voz, que reconocio, comenzando poco a poco a poder incorporarse. A tiempo para ver como el suelo se agrieta y fisuras de lava apariencian. Tomando distancia de esto. Aprovechaba de recoger el latigo que habia soltado antes, al menos ahora tendria un poco de tiempo sin que la demonia estuviera enfocada en ella-
-Al sentir que clavó la cuchilla de Plata en su mano no la soltó, si no que la lanzó directamente al suelo, impactándola, sabía que así no podría escapar tan rápidamente.
Al escuchar una voz volteó ligeramente desde donde venía, alzo la mano hacia el nuevo oponente, ahí comenzó a salir magma del suelo que se abría en distintos lugares bajo los pies de las presentes
Se elevó unos metros para mirar la panorámica completa, no esperaba que varias personas estuvieran expectantes-
Él, por su parte, se dedico a observar a una distancia considerable, finalmente había ocurrido aque suceso del cual aquella demonio con cuerpo de princesa había advertido: el desencadenamiento de aquella fuerza primigenia de todo demonio. Y, al parecer, había encontrado a la víctima indicada para recibir todo elmpoder que ella había contenido hasta el momento.
— Vaya, vaya... así que finalmente sucedió...
Músico para si mismo, se encontraba sentado en medio de todo el caótico panorama sobre un trono de piedra que había hecho surgir de la tierra, para así sentir que se hallaba en primera fila de mórbido espectáculo.
Pero... ¿Quien era aquella ingenua que se enfrentaba a la bella hija de uno de los principes del infierno? Parecía que tenía algunos trucos y un poco de pelea que ofrecer.
