Estaba estirando la mano hacia él hasta que de un momento a otro se había puesto panza arriba y había tomado con sus patitas la mano de la castaña para mordisquearla, la verdad era que si dolían un poquito sus mordidas pero no pudo evitar reírse, era tan tierno. —¡Auch! Tus dientitos duelen—.
Sin esperarlo, ahora tenía la atención de ambas chicas sobre él, con una doble expectativa: demostrar su "ferocidad" y seguir manteniendo esa faceta aparentemente tierna que tanto había sorprendido a Dasha. ¿Cómo complacerá a ambas?
La respuesta llegó en un golpe de iluminación, fortuita, tan natural que pareció un acto digno de un instinto que ni siquiera creía poseer:se echó panza arriba, mientras que con las patas delanteras atrapó la mano de Elizabeth, haciéndole sentir toda la furia de sus formidables colmillitos [?]
— ¡E-eeh! ¡Klaus-sama!-Cae de rodillas , incrédula ante lo que ven sus ojos , ese ladrido es tan tierno pero al mismo tiempo sumamente extraño , cae sobre sus propias rodillas , procede a dar el acercamiento fortuito para poder mirarle fijo. Claro que en este caso Dasha andaba en su formato infantil de tez morena.-— Q-Que moe. . ¿Serás parte de la familia?
—Claro, a ver si me puedes arrancar el brazo—. Se agacha poniéndose de rodillas sobre el suelo, claro que no iba a perder la oportunidad de molestarlo aunque estuviese su hija presente, incluso estiró el brazo hacia Klaus.
Su atención se dirigió de inmediato a la chica recién llegada. Podía explicarse, o al menos inventarse una de sus largas historias sobre el origen de aquel cambio... Pero prefirió, con toda solemnidad y desde el fondo de su podrido corazón, resumirlo todo en una expresión que no dejara el menor lugar a dudas: una auténtica comunicación efectiva.
-Pasaba por ahí con su palito de carne dispuesta a recostarse sobre la hierba cuando se topo con el pequeño cachorro albino.- — I-Imposible. . . -El palito car lentamente con total dramatismo.- — ¡¿Q-Que pasó!? ¡T-Te emperraste!
