-Apretó los ojos, en presión de sus mejillas, hasta que el aire escapara de lleno y su piel se incorporara, con marcas de rubor en cada lado una vez que sus bocas interactuasen de forma diferente y la propia sucumbiera ante el beso por el que gustosa correspondió con la misma intensidad.- P-perdón... Ya no hay devoluciones. (?)
* Mi mano resguardó la quijada de la joven en su afable palma, pero mis falanges habían ejercido un agarre en sus mejillas para desinflarlas y desarmar sus labios logrando así el poder besarla aprovechando que estaba pegada de los míos.* Ese no era el premio de consolación, joven.