Una pequeña muchacha se impactó contra el pecho de aquel hombre. Le había parecido escuchar pisadas y una voz femenina gritando desde los pisos superiores, pero no había distinguido lo que decía. La mirada azulada de aquel hombre barrió por completo la fisionomía de la muchacha, quien parecía desconcertada. Unos segundos de silencio incómodo acompañaron la escena hasta que aquel hombre que le miraba abrió la boca para hablar.
─ Tú debes ser la chica de la que me habló el Dr. Inazaki ─ mencionó con un tono de voz grave.
Llevaba un elegante traje a pesar de las "circunstancias" del mundo actual. Una mirada penetrante y una expresión facial carente de emociones. Era cómo ver a un ser que no pertenece a la raza humana.