No fue sorpresa que aquel demonio supiese su nombre, era bien reconocido por la fama que el ancestro mismo había formado en la tierra como en el infierno, con la intervención de ciertos seres celestiales, muy al contrario de él que no tenía idea de quien era aquel que había invadido sus dominios. Sus ojos se detuvieron por un instante sobre los contrarios, pero de una manera lúgrubre, como si pretendiera saber algo de él a través de su mirada. No era tan diferente al resto de su clase, demonios pretendiendo algo que no, pudo ver desprecio pero también ira tras esa mascara de indiferencia ante la escena. —Eres jodidamente predecible. Nunca dije que lo mataría, eso seria hacerle un favor a él.— Refiriéndose a Kiria que aun lo tenia en su poder sin prestar atención a sus protestas. —Pero si lo hago sufrir. . . sera bueno. . . en estos momentos no estoy de humor así que puedo empezar rompiendo su cuello, quiero ver que cara pondrás al ver tan magnifico espectáculo o bien, te puedes largar