~Raikou dejo salir un gran suspiro al ver que el insecto ya no estaba, con cuidado se acomodo en el pecho de su Kintoki.~ Mejor... pero si la veo tocándote de nuevo... morirá.
-La verdad fue que la mandó a volar con aquel empujón lo cual evitaría una catastrofe épica entre las fuerzas de Raiko y Shuten por lo que suspiró y sonrió ampliamente mostrando su perfecta dentadura blanca, acariciando su mentón con los nudillos.-
Debería ser suficiente, pero al parecer el bicho ese quiere meterse con lo mio... con mi niño. ~Acaricio delicadamente la mejilla de Kintoki cuando la sentó en su regazo.~ No quiero que nadie te toque, menos la cosa esa. ~Con cuidado peino los cabellos de Kintoki mientras le miraba fijamente.~
N-no, pero ya la matamos una vez mientras dormía, Taicho, ¿Eso no debería ya de ser suficiente?
-Acotaba sentándose en la moto con ella sobre su regazo, rascándose la mejilla mientras suspiraba un poco, de verdad deseaba que se calma, no quería que el lado oscuro de su "Jefa" despertara por algo tan trivial.-
~Raikou pataleo al sentir como era llevada a la fuerza por Kintoki, incluso agito su espada por los aires como amenazando con lanzarsela al bicho ese.~ ¡SUÉLTAME KINTOKI! ¡LA MATARE! NADIE TOCA A MI BEBÉ! ¡NADIE! ~Curiosa volteo a verle y entrecerró sus ojos.~ ¿No la estas defendiendo o si?
¡ESPERA! Ya se fue, Boss, no vale la pena llegar a esos extremos.
¿Mejor vamos a comer algo dulce mmmm?
-Diría tomándole por la muñeca para alzarle entre brazos y comenzar a moverse hacia su motocicleta, la verdad es que no amaba a Shuten, no cómo amaba a Raiko, pero tenía cierta amistad para con la Oni y se sentía culpable de haberle asesinado en el pasado.-
Creo que debería matarla, sip. Es la única solución para que deje a mi bebé en paz. ~Con cuidado coloco a Kintoki sobre el suelo y saco su enorme espada de su funda. Hizo pat pat en los cabellos rubios de su chico y esbozo una sonrisa.~ Regresaré en unos minutos, tu tranquilo.
No podría hacerme daño aunque quisiera, y uh... Creo que es obvio que lo que quiere no es hacerme daño ¿Eh?
-Añadía sonriendo un poco nervioso frotando su nuca con una de esas manos gigantescas, para así mirar a Raiko a los ojos, quien siempre estaba allí para evitar que Shuten le acosara de esos modos.-
~Al él estar libre se lo lleva cargando sin dejar de mirar al insecto ese, le lanzo una ultima mirada amenazadora y camino alejándose con su bebé.~ Mi pequeño Kintoki, te he dicho que no debes acercarte a esas cosas.. ~Con su mano derecha acaricio la mejilla del rubio.~ ¿No te hizo daño?
-Rompería la correa con fuerza, y entonces empujaría a la Oni bastante lejos por la seguridad de todos, sabiendo que aquello no lastimaría a Shuten más que en su orgullo.-
