Una risa sonora y con cierto tono amenazante salió de sus labios al oírlo hablar. No existía humano inocente en el mundo, todos nacían para pecar, para matar, para lastimar; fuese la época que fuese, ellos estaban condenados.

—Ahora entiendo por qué eres el perro de la escoria, estás cegado por tus tontos y "buenos" ideales. Pero, ¿no fuiste tú quien perdió todo en la guerra, Saber? Deberías saber que el camino de la rectitud no te lleva a ningún lado —. Avenger se limpió las inexistentes lágrimas de sus ojos debido a la risa y empezó a andar en sentido contrario a él. Realmente ansiaba destruir a ese estúpido Rey, pero su prioridad en ese momento era la muerte de Francia—. Vive un día más por mi deseo, escoria. Pronto volveré a convertirte en alimento para Fafnir. ¡Jajajá!

— Estás muy ansiosa por repartir juicios sin distinción... —ni el insulto, ni aquella declaración bélica habrían de hacer mella en su temple. La placidez de su carácter era más sólida que las prendas que vestía, sin embargo torció los labios con un gesto mesurado, reflejando una cálida empatía por un sentimiento que había golpeado en lo íntimo de su corazón. La guerra le tenía hastiado y afligido, pero lucharía, una y otra vez, hasta que durase el mundo—. Pasarás demasiado tiempo en la búsqueda del sufrimiento para el culpable; incluso del inocente, Lady Avenger.

Y descubrirás al final del camino que nunca hallarás calma en tu corazón, ni en tu mente... estarás sumida en un dolor imperecedero, hasta ser esclava de la historia que te creo.

Parte y cumple tu cometido, yo cumpliré el mío. —puro e intrépido culminó, sabía que era inevitable el choque de sus aceros en combate, pues él siempre será fortaleza, esperanza y defensa para el bien.

—¿Qué es lo justo?, ¿has visto a tu alrededor? Pero qué hombre más estúpido —lo que anteriormente había sido mencionado en tono burlesco contrastó con la mirada agresiva que Avenger dedicaba a Saber. La única parte de su discurso mínimamente interesante era la mención a la afinidad que Jalter tenía con los dragones. Bueno, lo había notado, tenía al menos un cuarto de cerebro al parecer—. Mientras tú evitas el conflicto yo ansío ver arder Camelot hasta las cenizas. Si tanto incistes en salvar a la escoria, una muerte lenta y dolorosa es la que tendrás. Pero tiempo al tiempo, Saber. Primero tengo una ciudad que quemar.

— ...Huh... "Incesante", haz dicho... — esa palabra se tornó rimbombante en sus pensamientos, haciéndole eco—, Aún cuando te expresas con tanta agresividad, es lo único que puedo compartir de sus palabras, Bruja de la Venganza.

Mi espada tendrá el peso de mis palabras, y mis palabras el peso de mi entereza. Si tu intención es condenar de dolor al mundo, sabrás cuán incesante es mi valor para defender lo justo.

Absténgase, My Lady. Mi instinto me habla de su afinidad por los dragones, no quisiera verme obligado a empuñar mi espada en su contra. —

—Qué patetico, Saber. ¿Crees que con unas cuantas palabras y el blandir incesante de tu espada salvarás a la humanidad? Fufufu. ~ Cuán ridículo puedes llegar a ser. La humanidad está condenada y es por mi mano que perecerá.