- Ya veo, no has llevado una vida fácil. -Mencionó el juvenil vampiro, sintiendo un gran regocijo por la pequeña reseña antes mencionada del joven albino. Entonces, Kanato avanzó con siniestra lentitud en cada paso sin que éstos se escuchen sobre el piso.- - Estimado visitante, mi historia va más allá de lo que usted puede comprender, pero venga que ha llegado hasta aquí, la noche es joven y Teddy desea invitarle una taza de té, podremos ir adentro y platicar con mayor comodidad.
-Kanato señaló con su mirada la entrada a la enorme y bellísima mansión de arquitectura antigua e histórica, luego recitó.- Entre por voluntad propia y deje aquí un poco de la felicidad que trae consigo. -Diría luego de salir del cementerio, seguido por entrar a un laberinto rodeado de frondosos árboles y arbustos adornados de hermosas flores que en ningún otro lugar se pueden presenciar. Veinte minutos más tarde, ambos llegaron a una enorme puerta de madera de toque rustico, al instante, Kanato abrió la puerta permitiéndole la entrada al muchacho de albina cabellera, después él entró y cerró la puerta tras de Killua llevándolo por largos pasillos adornados de grandes ventanales con sus respectivas cortinas de seda y terciopelo, luego el peli lila le permitió el acceso a un espacioso comedor junto a una cocina íntegra.- ¡Vamos, vamos, pase y tome el lugar que desee, pronto serviré el té con algunos bocadillos.-