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ShionneCastelli · 22-25, F
— La adulación eleva egos, no hago más que decir la verdad...— Al levantar la mirada y ver la facilidad con la que alzó ese imponente mazo le hizo sentir frío en el cuerpo, mas su expresión de mantuvo fija en ella. Shionne tenía esa extraña facilidad para controlar sus expresiones, su lenguaje corporal no debía traicionarla y mucho menos en situaciones tan importantes. — Gracias por aceptar, Kiara. —Pero sabía que con salvajes, probablemente esa actitud poco funcionaría. Por lo que al agregar eso último su tono cambió un poco, dejó de lado todas las formalidades. — No por pertenecer a un clan todos deben cargar con los pecados de unos, necesitamos detener esto, si seguimos en guerra ambos clanes desaparecerán tarde o temprano. Ya lo vimos alguna vez con el clan de la serpiente. — Guardo silencio un momento y retrocedió hacia un sillón sin tomar asiento aún. — En fin, le aseguro que no daré problemas. —
Incluso sintió hastío al escucharla. Esa decisión debió haberla tomado Naqi'a. —¿Y te ha funcionado ser tan aduladora para llegar a donde estás?— Se levantó, era apenas más alta que Shionne, pero su porte y su apariencia la hacían ver imponente. Alzó su pesado mazo sin dificultad alguna, parecía que iba a atacar, sin embargo hizo que descansara sobre su hombro. —Quédate aquí, pronto vendrá alguien a escoltarte a tu habitación y te proporcionarán medios para que te comuniques con tu clan.
ShionneCastelli · 22-25, F
Llevó su mano derecha a la altura del corazón, inclinó ligeramente su cuerpo en una reverencia y asintió con su cabeza. — Si me permite decirlo, ha tomado una decisión sabía, digna de una verdadera líder. Cómo consejera puedo asegurar que he visto a muchos tomar malas decisiones. — le elogió antes de levantar su cabeza. — Pondré al tanto a la señorita Firenze sobre su decisión y mi estadía en su territorio, así como las acciones que tomara si existiera una traición. —
—Suena como un intercambio justo.— El clan de los leones no deseaba más bajas. Pelearían de ser necesario, pero su padre había sido sabio al no atacar primero y concentrarse en proteger a los más débiles. Quienes podían pelear no eran un grupo tan numeroso como el clan Firenze aliado con los lobos salvajes del bosque. Además, si antes sentía un poco de remordimiento por oponerse a la felicidad de su hermana, ahora sentía que podía odiar a Naqi'a tanto como odiaba a Lillia. La simple oportunidad de detener el derramamiento de sangre valía la pena el intento.

—Te quedarás aquí entonces, pediré una habitación para ti. Puedes informar a Leah que estoy de acuerdo con sus condiciones. El cachorro estará en sus manos después de su nacimiento.— Su mirada se afiló. —Si cuando tengan al maldito engendro nos traicionan, cazaré a ese cachorro y no descansaré hasta arrancarle la cabeza yo misma. Díselo también.
ShionneCastelli · 22-25, F
Una semana o dos a lo mucho. —
ShionneCastelli · 22-25, F
Notó aquella ira, había logrado parte de su objetivo pero aún debía convencerla de que no existiría traición alguna. Shionne estudio el lenguaje corporal de la leona que tenía al frente, un movimiento en falso y con eso sería suficiente para que acabará con ella. Quizás se había precipitado demasiado en mencionar a su hermana, aunque estaba segura de que era una pieza crucial para su toma de decisión. — No deseamos derramar más sangre, ese cachorro pertenece al clan Firenze, en cuanto lo entregue les dejaremos en paz y cederemos el territorio que perteneció a sus difuntos. — Afilió su mirada, estaba lista para accionar en cuanto esa leona se levantara para atacar con ese mazo, si es que lo hacía. — Seré su rehén hasta que tengamos al cachorro, si existe traición será mi sangre la que pague. — Eso no estaba en el trato con Leah, pero debía dar algo a cambio para que se diera cuenta que no había truco en eso. — Según nuestros cálculos el cachorro debe estar por nacer, una semana o dos a
La observó fijamente. Su cola de león oscilaba con suavidad a su costado, mas su expresión cambió cuando escuchó que su hermana también había recibido la oferta. Una inconfundible ira se reflejó en sus brillantes pupilas, incluso, un gruñido desde su garganta se hizo presente, sus dedos se cerraron en el mango de su arma. Le habría gustado reventarle la cabeza a esa loba en ese preciso instante, de pura rabia. Le habría gustado tener a Lillia frente a ella, para abrirle el vientre, sacarle esa cosa y arrojársela a los lobos para que se la llevaran. No entendía por qué Naqi'a había preferido a esa loba por sobre su clan, su familia. —¿Qué me garantiza que Leah va a cumplir con su promesa si le entrego al engendro?— Trataba de tragarse toda la cólera que sentía, sin mucho éxito.
ShionneCastelli · 22-25, F
Era inevitable no sentirse tensa en presencia de una alfa como ella, sabía bien que de recibir un golpe con ese mazo no podría salir con vida de ahí. Caminó con calma para posicionarse frente a la leona, la miró fijamente y uniendo sus propias manos a la altura de su vientre comenzó. — Antes de comenzar a explicarle, debo añadir que su hermana recibió la misma oferta, oferta que ella misma rechazó por el bienestar de su...Omega. — con amargura indicó esto, cerró un momento sus ojos, claramente pretendía generar discordia entre las hermanas. — La negociación es simple, la Señorita Firenze no desea derramar más sangre, lo único que pide a cambio para frenar la guerra es...que le entreguen al cachorro que Lillia está por dar a luz. —
—¿Por qué te parece tan intrigante? En tu mensaje decías que querías negociar.— sus dedos acariciaron el mango del letal mazo que descansaba sobre sus piernas. —Espero no te ofendas, es solo una precaución.— Le miró desde el sofá de la sala privada donde se encontraban, era un lugar por demás elegante, al que usualmente se acudía por compañía de la mejor calidad. Kiara había hecho buenas relaciones con la dueña. —De acuerdo. Te escucho, Shionne Castelli.
ShionneCastelli · 22-25, F
— Me intriga la facilidad con la que has aceptado mi visita. — Shionne entró a la habitación, la puerta de cerró tras ella, estaba completamente sola en territorio enemigo. — Soy Shionne Castelli, vengo en nombre de la señora Leah Firenze para ofrecer un trato para acabar con esta guerra.

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