— Mamá dice lo mismo... ¿Es malo qué crezca, papá?- Ladeó un poquito su cabeza cuando pensó eso. De hecho, en el momento que su padre le mordió de esa forma él volvió a sonreir una vez más y acercó su rostro al del mayor para frotar su nariz con la de él.
Levantó la cabeza para mirarlo, Aunque abrió su boca para morderle la punta de los dedos a su hijo. Le hizo una mueca tierna. ── Ya no crezcas más hijo. ── Va a extrañar jugar con él de esa manera. y suerte tiene que su mamá no ha venido a pillarlo por la espalda. Tendría problemas para controlar a dos canes furiosos.
Seguía entre risa y risa hasta que logró ponerle en el rostro sus manos intentando apartarlo un poquito, solo para poder respirar bien. Ya le costaba respirar de tanta risa. — Tiempo muerto, tiempo mueeerto.~-
A los segundos el mayor ya se estaba riendo con su pequeño hijo. Jugaba con él como si fuera un niño más. Aunque ahora que se da cuenta su niño ya no está tan pequeño, está entrando en la adolescencia.
— ¿Tu crees? Yo lo encuentro bue-... ¡Hyaa!~- Soltó un pequeño grito tierno para luego comenzar a reir removiendose un poco, estaba intentando escaparse de esas cosquillas. — Papá, papá.~ Cosquillas, me haces cosquillas~ jajaja.~-
Accedió al bocadillo. Pero se le inclinó para abrir su boca y darle un pequeño bocado con completa confianza. Se tomó su tiempo en probarlo y analizarlo. ── Mmmh... ¡Le falta azúcar! Ah ¡Ya la encontré!── Agregó al final y cual si fuera algo completamente nuevo lo abrazó para darle muchos besos en las mejillas. Se lo comería a besos literalmente aunque literal estaba haciéndole cosquillas.
