Ni siquiera su condición de actual Diosa de La Tierra le otorgaba a Nanami la facultad de ser una persona atenta, muy por el contrario, ella era tan distraída como siempre lo había sido. Ni siquiera se había percatado de que alguien más estaba al pendiente de la plática que sostenían.
—Tomoe es algo arisco cuando se trata de sus orejas —tuvo que confesar— Bueno, lo es en casi todo; tiene un humor algo... —se rectificó de inmediato, buscando las palabras adecuadas para definir a su zorro guardián— serio. —Si bien la palabra no englobaba todo lo que él era en verdad, se acercaba bastante a lo que quería expresar— Aunque sí he tenido oportunidad de tocar sus orejas. —Coincidió entonces a la par de la emoción que desplegaba su nueva "compañera de ideas"— Siempre he querido volver a hacerlo.
[code]─ En lo alto de un árbol sobre una de sus ramas sentado escuchaba la conversación de ambas jóvenes mientras movía sus orejas mirándoles de soslayo sin que ellas se percataran de su presencia aunque el era demasiado predecible puesto se la vivía pegado a Kagome. ─ 💢 ¡Keh! Mujeres.[/code]
—¿Verdad que sí? —Juntó sus manos, envuelta en un aura luminosa que dejaba ver toda su aprobación. [?]— Empezaba a preocuparme de ser la única en notarlo.