-Sapphire gritó al instante de escuchar y ver a esa horrida criatura que había caído al piso, además de asustarse más por las detonaciones del arma. Ante lo ocurrido, se aferró al rubio comenzando a llorar, apretando con sus pequeñas manos los pliegues de la indumentaria ajena, olvidándose de su genial idea de adentrarse a ese sitio en la búsqueda de su querido "material" sin imaginarse lo que en ese lugar le espera, por suerte, estaba ahí aquel rubio armado y con la basta experiencia, además de que él sabe lo que hay en ese lugar ahora abandonado y repleto de criaturas y diversidad de cosas oscuras que la mente humana aún no logra comprender.-

Por un momento se detuvo a procesar si había imaginado lo que había dicho, pero al verla importarle poco sus palabras le alcanzó a jalar de la parte de la nuca de su blusa para alcanzar su brazo y jalarle de regreso con él.

— Oi ! —

Del techo uno de los trozos faltantes de otro cadáver cayó frente a ellos, eso le hubiera pegado directamente en la cabeza, así que no la soltó, con su mano libre sacó de nuevo su arma.

— Queda uno—

Guardó silencio y ahí estaba uno, pequeño con forma de gusano mezclado con una especie de pez. Inmediatamente Nanami soltó a la niña y se abalanzó contra eso para asestar en su punto débil y volverlo una masa amorfa.

— Ahora sí, toma lo que quieras, pero es sangre humana. —

- ¿Puedo tomar un poco? -No le respondió a las preguntas antes formuladas porque simplemente no desea hacerlo, señaló el jugoso cuerpo de aquel que yace en el piso sin vida y bañado en su propia sangre. Mientras tanto, Sapphire sustrajo de su pequeña mochila un frasco pequeño con tapa hermética con el fin de recolectar el líquido rojizo y fresco.- Necesito más material. -Indico con amabilidad acercándose y sin importar que ese hombre estuviera o no de acuerdo.-

-De inmediato volteó al escuchar la voz joven e infantil. Sus ojos se abrieron más en sorpresa- ¿Qué hace una niña como tú aquí? - se levantó guardando su arma e intentando hacer que la niña volviera por dónde vino. - ¿Dónde está tu tutor? - ¿Cómo había entrado una niña a un lugar con maldiciones? ¿De verdad era una niña? No sabía lidiar con jóvenes...menos con niños.

-Sorprendida estaba cuando entró en aquel lugar sin permiso y observó aquella escena cruenta, pero lejos de asustarse, no podía evitar ver la sangre que se esparce a lo largo y ancho de todo el piso, más aún, en aquel varón que sostiene el arma.- -¿Tú lo hiciste? -Preguntó curiosa.-