Desde joven desarrollé ese sentido, luego se vuelve habitual...
-Ese. Justamente ESE. Era el precio de involucrarse. La responsabilidad. No sabía qué responder ante aquello, era un adulto, tenía que actuar como uno ... Casi podía escuchar la risa de su mejor amigo en su cabeza ante la situación -
No soy quien para reprochar o aprobar tu decisión, sin embargo simplemente no puedo dejarte a tu suerte. Ven, vamos a la zona comercial, ahí podemos buscarte un hotel.
