-A decir verdad, el animal que simulaba al mítico úrsido oriental, no es más que una representación ficticia en felpa, por la cual el ojiverde movió su mano simulando una acción por órdenes vitales. Así, adelantó la cabeza del muñeco para embarrar el pocky en su boca inmóvil, como si pretendiera comérselo, y misteriosamente, el caramelo desapareció.
Quizá, era una treta del yakuza, o una magia que el mismo rol podría contestar en sus arduos estudios. (?) El nipón sonrió, y para nada estaba incómodo. Le gusta interactuar, y sobre todo con muñecos, dándole un recordatorio fugaz a su infancia.
Así, y cómo pudo, tomó su libreta para redactar, y mostrarle el resultado de sus letras.-
"Míster Panda es un glotón... ¡Podrías darle más!"
[code]Se le queda observando a aquel panda que le resulta de por demás encantador además de que al parecer su dueño se ve alguien con carisma único a lo que le pregunta si dicho oso tiene nombre, mientras le mira desde su baja estatura extendiendo un Pocky a dicho oso panda que se ve demasiado adorable para su gusto en lo que dicha albina se le queda mirando a ambos en espera de una respuesta. [/code]
— Se ve que te llevas muy bien con el Mister Panda.
Dijo mientras con curiosidad observa a ambos, pero le llama la atención de su interlocutor debido a sus rasgos que se nota a leguas no es Europeo, esperando no incomodarlo en lo absoluto.
