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User1580805 · F
Se mordió los labios para evitar hablar y caer en la exageración. Nüying no era la madre de Ken, por lo que no podía decirle qué hacer o qué no y, ciertamente, tampoco podía prohibirle nada. Además, ¿no sería hipócrita que expresara sus deseos de verlo sano y salvo si ella salía todas las noches a cazar? Si algo había aprendido de la venganza es que esta debía tratarse con sumo respeto, así que si él estaba cruzando por ese camino también no le quedaba de otra que mantenerse al margen.
Liberó el esfuerzo que ponía en morderse a sí misma y separó los labios para soltar un suspiro. Una vez sus dedos lograron deshacer hasta el último nudo, Nüying le quitó la mordaza y lo examinó rapidamente con la mirada—. Tienes heridas que se deben tratar. Vamos, te acompañaré a tu casa —¿por qué se preocupaba tanto por un humano?
Liberó el esfuerzo que ponía en morderse a sí misma y separó los labios para soltar un suspiro. Una vez sus dedos lograron deshacer hasta el último nudo, Nüying le quitó la mordaza y lo examinó rapidamente con la mirada—. Tienes heridas que se deben tratar. Vamos, te acompañaré a tu casa —¿por qué se preocupaba tanto por un humano?
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