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"Siempre mienten con
'perro que ladra no muerde' .
Hiere sin ruido."
 
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KenKurokawa · 31-35
(...)

-Así procuró darle un motivo de existencia, y apenas observó a su derecha, vio al ejecutor del disparo, y en su rápido actuar, desenfundó su espada para defenderse. Corrió hacia él, y procuró realizar una limpia rebanada a la extremidad que se apropió del arma de fuego.-
KenKurokawa · 31-35
-En sus recuerdos, siempre nada en sus memorias el precepto de boca en boca "Si el alma es férrea, el cuerpo lo será en su compañía." Pudo aún mantenerse en pie, levantado por sus instintos de sobrevivir, a aquellos que está obligados a recurrir en momentos de presión, y aún más, cuando tiene a alguien más que proteger y resguardar en sus espaldas. No quería involucrar a nadie en sus cuentas pendientes, pero toca jugar al escudo, para que nadie salga herida... a excepción de él.

Ante las cuentas pasadas, algunos esbirros de los Sumiyoshi-kai estarían rondando el lugar, pero al parecer no fueron tan inteligentes si dejaron a un miembro contrario escapar. En su mente vinieron aún más recuerdos, un poco más desagradables, pero el tiempo se esfumaba como para andar pensando en ello, y en el inopinado momento, una bala cruzó por delante de su mirada, que lo animó a despertarse de su letargo.-

"¡Rápido! Quédate aquí, tras de mi. Si sobrevivimos, nos vamos a casa."

(...)
. Apresuremonos murmuró. Nüying aún no le había mostrado a Ken sus habilidades físicas ni los cambios que le impusieron; empero, estaba preparada para dejar al descubierto su secreto de ser necesario.
Nüying quiso decirle que no debía temer por ella, pero entendió el motivo de su preocupación y le pareció poco apropiado decir algo que pudiera menospreciar lo que él estaba sintiendo; por ello, calló en aquel momento y esperó pacientemente a que Ken pudiera ponerse de pie, y aunque le pareció doloroso ser la espectadora de aquella acción —merced a la visibilidad de sus heridas— no tardó en servir de sostén para el hombre como mejor pudo.

fue la única respuesta que dio a la indicación antes de empezar a avanzar. Su oído aún poseía la agudeza de su forma original y sus ojos se mantenían alerta, fue por ello que pudo percibir una sombra que corría a algunos metros de su posición, escondiéndose entre las cajas que prácticamente llenaban el aparentemente solitario almacén.
KenKurokawa · 31-35
entrometerse en una nueva, pero cuándo se trata de cuidados mutuos, es insoslayable el preocuparse. ¿No es así?

Negó ante sus heridas, y con el mayor esfuerzo, se puso de pie inmediatamente, y aún vacilante, abrazó a la criatura de su costado para un mayor sostén, pues, a pesar de tener una óptima condición física, el aturdirse es algo humano cuando se golpea entre varios.

Así, empujó aquellas barreras con la poca fuerza que le quedaba para salir de dicha situación física, y de algún método, retornar a su punto de descanso, esta vez, con compañía.-

"Los ojos alerta, y los oídos aún más. Ahora."

-Natural ser precavido, nunca se sabe si las balas o los cortes inicien un vuelo a sus direcciones. Para ello, se interpuso sobre la posición de Nüying, en caso de un movimiento frontal.-
KenKurokawa · 31-35
El concepto de venganza que desarrolló el japonés a lo largo de sus vivencias, tanto dentro como fuera de la organización criminal, fue evolucionando, no, moldeándose a las circunstancias y, sobre todo, a su propia personalidad. Para él, es un plato que se sirve frío, pero sin prisas, y para ello, es importante grabar con ojos y corazón los rostros y las intenciones extremas de quiénes lo lastiman. Por su parte, su calma se estaba propagando en sus sentidos, y con ello, tomó de la mano la preocupación de la chica.

"¿Quiere seguirme a mi departamento? Temo que mis pasos sean rastreados, y puedan hacer lo mismo contigo. Mas, si es así, yo temeré por usted, porque le protegeré."

-Si bien aquel picor de molestia existe aún, su esfumar tomó poco tiempo en cumplirse. Liberarse de aquella jaula bucal y que impedía a las acciones involuntarias respiratorias, lo convocó a un alivio. Ya no quería poner en más aprietos a la chica, después de todo, sus batallas serían mucho más intensas al
La respuesta era poco obvia y a todas luces difícil de descifrar. ¿Puedes caminar?, ¿quieres recargarte en mí?
Se mordió los labios para evitar hablar y caer en la exageración. Nüying no era la madre de Ken, por lo que no podía decirle qué hacer o qué no y, ciertamente, tampoco podía prohibirle nada. Además, ¿no sería hipócrita que expresara sus deseos de verlo sano y salvo si ella salía todas las noches a cazar? Si algo había aprendido de la venganza es que esta debía tratarse con sumo respeto, así que si él estaba cruzando por ese camino también no le quedaba de otra que mantenerse al margen.

Liberó el esfuerzo que ponía en morderse a sí misma y separó los labios para soltar un suspiro. Una vez sus dedos lograron deshacer hasta el último nudo, Nüying le quitó la mordaza y lo examinó rapidamente con la mirada. Tienes heridas que se deben tratar. Vamos, te acompañaré a tu casa ¿por qué se preocupaba tanto por un humano?
KenKurokawa · 31-35
"No te preocupes... Ningún daño es mayor al que yo puedo realizar."

-Muchas ocasiones, y desde muchas experiencias pasadas que se involucran en tratos de total ilegalidad, el mudo se ha sometido en diferentes torturas, sea amordazado y cortados con cuerdas de piano. Muchas veces ha sido tratado como perro, después de todo, la ironía de que su nombre sea "Dragón perro" ha sido llevado a cabo en numerosos escarmientos. No obstante, la mordaza establece dichos estándares de esconder su real furia, ante los inevitables resultados que dejó al ser mancillado de diferentes modos.-

"Los enfrentamientos son el pan de cada día... Pero estoy bien. ¿Ves?"

-Respondió en dicha capacidad mental, siendo aún más expresivo y puro en lo que desea comunicar.-
¿Quién te ha hecho eso? cuestionó Nüying con una clara expresión de preocupación en la cara. Su diestra se dirigió a la mejilla del hombre para acunarla mientras su zurda buscaba deshacer las ataduras en la nuca de Ken. ¿Te metiste en algún enfrentamiento? otra vez quiso decir, pero guardó silencio para esperar y escuchar de él mismo la verdad por medio de esa telepatía que compartían.

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