— ¿Quién te dijo que tengo miedo? Solo no quiero tirar mi vida a la basura, me estoy divirtiendo y estar con una chica linda como Livi lo vale —respondió una vez cruzaron la entrada; la oscuridad no tardó en tragarse todo al rededor, el olor a intensa humedad también se hizo presente—. Qué lugar de mierda...
Le tomó la mano, toda autosuficiente y orgullosa. —Pobre, pobre... no creí que un poco de mito sangriento te daría miedo, a ti, el señor de las bestias ocultas en el abismo de las profundidades.— Camino con él, e intentó que no se notara el escalofrío que le dio al cruzar la entrada.
Le devuelve la sonrisa, solo que esta vez le extiende la manito— ¡Qué suerte tengo de estar acompañado por una arquea tan valiente! —exclamó de forma irónica— ¿Por qué no entramos? —ahí la sonrisa se le notó muy molesta.
— Mira, este calabozo se llama "el agujero escalata" por la cantidad de idiotas que mueren de maneras innecesariamente violentas... ¿Te sigue dando risa? —la juzga con la mirada.
