No escondió su asombro, incluso aplaudió un par de veces al notar los resultados exitosos, su magia prácticamente anulada. Se cruzó de brazos con una sonrisa socarrona, pero también satisfecha, el oro fue bien invertido y, lo mejor de todo, tenían un atuendo "más adecuado" para Rayla, de milagro que no se le cayó la baba mientras lo imaginaba todo, hasta la mentira le dejó pasar del buen humor que tenía—. Es la estrategia suprema; hoy progresamos infinitamente como grupo —buscó complicidad en la mirada ajena mientras asintió—. Quítate la ARMADURA DE RAYLA pronto, que ella crea que es un regalo de tu parte, ni los efectos anti mágicos necesitamos explicarle si se lo das tú.
—...Eek!— Quizás había sido demasiado temeraria, solo sintió el golpe de aquélla bola de magia contra su cuerpo, que la lanzó al menos un par de metros hacia atrás. Sin embargo, eso que debió haberle hecho bastante daño, no dejó más que una marca en su abdomen, y por supuesto el dolor de la caída. Aún acostada contra el suelo alzó el brazo y el pulgar al mismo tiempo. —TODO BIEN. SI PODEMOS USAR ESTA COSA.— Exclamó, antes de comenzar a levantarse, poco a poco. —Ve que yo jamás compro basura.— Una mentira podrida. —Rayla podría llevarlo si, si, será más útil en ella y la mantendrá más cerca de nosotros en el campo de batalla.— Sacudiéndose las manos, volvió a acercarse al Warlock.
Incluso él se sorprendió. Esa prenda desafió cualquier clase de lógica, al punto de que él, alguien totalmente ilógico, quedó estupefacto con el resultado. Se emocionó junto a ella, pero también le gustó la idea de poder atacarla sin que hubiese consecuencia real— ¡Tú lo pediste! —al exclamar ya estaba cargando un proyectil que requiere un saber más avanzado, una poderosa bola mágica que lanzó con la corta distancia entre ambos; era la prueba de fuego, ¿resistiría el escudo invisible?
—Eeek!!!— Un gritito solo pudo exclamar y cubrirse con sus brazos de esos dardos mágicos, pero no fue necesario, porque su armadura, a pesar de solo cubrir lo estrictamente necesario para no ser PG18, funcionó como un extraño escudo, poniéndola a salvo de la magia del Warlock. —Hey...— Observó maravillada una de sus manos enguantadas. —¡Si funcionó!— Dio un saltito, y miró temeraria a su mamífero compañero. —Intenta algo más fuerte.
— El diseño es muy cuestionable... ¿De qué sirve protegerte de la magia si con el roce de una flecha te matan? —comentó, pero cuando ella dijo del oro se quedó viéndola con cara da cachorro gordito— ¿Tres sacos de oro? —Ni lo pensó, comenzó a conjurar algunos dardos mágicos— ¡TE MATO MAMIFERA! —se los lanzó, no hay mejor forma de probar el efecto repelente.
—Quizas... la señora que me lo vendió me dijo que es una armadura amazona que repele la magia, quise devolvérselo cuando vi que eran dos trapos pero ya le habia dado tres sacos de oro. ¿Deberíamos probarlo?...
