La pérdida de Akasha y la transición y evolución de ella a Riku, había sido un tema bastante complicado para Alastair y su descendencia, era difícil explicar lo que había ocurrido, y claramente aturdido por los sucesos el enorme leviatán humanoide decidió moverse sin dirección, recorriendo kilómetros sin rumbo hasta pasar más allá de los oscuros bosques que rodeaban la guarida bajo tierra de aquel hombre bestia.
Sus pasos fuertes y retumbantes lo habrían llevado a un bosque de doradas hojas, como si estuviese en eterno otoño y la realidad era que no sabía en dónde se encontraba, a pesar de sus agudos instintos. Cuál monstruosidad sin capacidad de ocultarse, el hombre simplemente cubrió su rostro y y hombros lo más que pudo con su capa destartalada, intentando encontrar su camino en este nuevo lugar.