« Back to Album · Next »
Newest First | Oldest First
— N-No soy una doncella...

La situación no podía incomodar mas al castaño. Rápidamente se formó un tono carmín en el rostro del espadachín a la par que su ojo temblaba. La facilidad con la que la elfa trataba a ese ser tan horripilante. Solo asentía ante las palabras de la contraria, pero termino frunciendo el ceño después de escuchar la ultima frase.

— Lo que dices hace parecer a ese animal asqueroso algo tierno.

Se puso de pie con cuidado sacudiendo su capa ahora que lo habían librado de la araña. Aclaró su garganta antes de continuar.

— Si acostumbro a cazar en bosques. ¡Pero a las arañas no las paso de ninguna manera! Entonces... ¿No eres de esos tipos con orejas puntiagudas que protegen incluso a los conejos del bosque? Por cierto soy Bertrand. Y... Gracias. Ya sabes por quitarme ese animal de mierda.
Y fue el grito de una doncella en desgracia (que seguramente era hermosa y estaba perdida en el bosque) lo que llamó la atención de la semi elfa que de inmediato acudió su auxilio. —¡NO TEMAIS MI BOMBÓN!...— Hizo su entrada triunfal, solo para darse cuenta de que era un tipo. Su expresión de decepción no pudo ser más obvia. —Ah. Que fea doncella.— Pronto se dio cuenta del problema real. Había un animalito acosando a esa persona, no pudo evitar una risa que escapó de sus labios.

—Tranquilo, no te muevas, te la quitaré de encima.— Cautelosa se acercó, inclinándose para dejar que la araña subiera a su mano. —Mira, está mas asustada de ti que tú de ella.— La acercó a su rostro. Era sin duda una criatura horrible, más para Kayley era simplemente una cosita adorable. La dejó sin más sobre un arbusto, pidiéndole regresar a casa, antes de volver hacia el aterrado joven. —Para ser tan buen cazador, no pareces acostumbrado a los bosques.— Su mirada hizo alusión a las presas en su cinturón.
"¡¿Q-Que hace una elfa aquí..?!" Es lo que le atormentaba al castaño, ¿Tanto se había alejado solo cazando? Los elfos por lo menos de donde venía eran conocidos por proteger la naturaleza y con cuatro conejos muertos colgando de su cinturón, no le hacía ver como un amantes de lo vivo. Se quedó en cuclillas con la espalda apoyada un un tronco esperando que no lo viese.

— Mierda...

Susurró para él mismo bajando la mirada, solo para ver como le trepaba una araña que era más grande que su pie. Solo dejó escapar un grito poco varonil, dándose por vencido.

Add a comment...
 
Send Comment