—¿Por que los cientistas están ocupados en ver si una sonrisa alegra o no? Deberían solucionar otras aristas ¿No, sier? —criticó, como le es usual—. No soy un psicópata amargado, por fortuna. Lamento que Sena si lo sea ¿Pensó en ayudarle de alguna manera?
No es obligatorio sonreír más, pero si es verdad que te alegra el alma. Está científicamente comprobado. ¡Sena sonríe poco y es un psicópata amargado! No seas como Sena. -Señaló al mayor con su indice mediante hizo mención de su compañero de Unit. Era claro que el sujeto no entendería, pero aún así no podía evitar relacionar la seriedad con la amargura.-
No parecía molestarle la opinión ajena, quizás porqué no cuestionaba su trabajo ni tampoco su naturaleza. La propia no era juzgar ni cuestionar, todo lo contrario.
—Hay honor en generar sonrisas en otros, yo a veces lo hago, a mi manera. Pero quizás sí, deba sonreír más.
-Efectivamente ambos estaban en profesiones completamente distintas, a lo que no podía estar de acuerdo con sus palabras, así que negó con su cabeza repetidas veces.- Sonreír alegra el alma, quizás no lo parezca pero puedes traerle mucha felicidad a quienes no te conocen con ese simple gesto. Mi profesión se dedica a sacarle sonrisas a los demás, no puedo tener una cara seria porque eso arruinaría mi imagen.
—A veces el trabajo lo requiere, sier —pese a serio, solía ser bastante más descontracturado en otros servicios, más no en este—. A veces la sonrisa queda relegada al ambito privado, y no al laboral, ¿No lo crees así?
¿Entonces por qué eres tan serio? -Ladeó su cabeza de lado a lado, detallando las facciones del rubio, sin duda una sonrisa le favorecería más que la frialdad actual.-
