[code]Se sacudió como una gatita caprichosa re-ordenando sus ideas y su gran imaginación. El no era tan hostil y aterrador como creyó al principio, la liberó "UFF", se sentía como un pez nadando por todo lo que se llama libertad: ir a donde quiera...
Sacó la lengua malcriadamente en su dirección, desmontó su mochila rosita, abrió el zipper y extrajo inauditamente una conejita de peluche en lugar de su "manía". La abrazó sintiendo desolación al ver el crepúsculo y recordarle. Estaba infectada de amor, un amor que la condenaría para siempre.
—...Hinata-kun...¿cuándo podré volver a verte?...—[/code]