** La hoja Kanesada se mantuvo en paz durante muchos días, luego de cumplir con sus misiones de rutina, regresó hasta el templo supremo donde su amo e invocador aguarda por cada uno de ellos, no sólo para reparar sus heridas sino también para regrésarlos a su descanso eterno en cada una de sus respectivas épocas; pero algo extraño pasaría esa tarde. Despertó sintiendo algo de incomodidad sobre su columna, su visión había cambiado así como su paladar y su olfato. Su oído era tan sensible que podía percibir ruidos a mucha distancia, se encontraba aturdido ya que aquello no era común**