— No pienso que seas infeliz, Aly piensa que eres melancólico y sobrepiensas, cargas con los dolores de otros e intentas reconfortar, por lo cuál Aly sabe que el azúcar ayuda a olvidar muchas de esas cosas momentáneamente
La castaña si que se había apegado a ese hombre desde que lo conoció, le parecía una excelente compañía e igual de perceptivo que ella, una amistad que se iba formando y cada vez adquiría una hermosa forma. Deja el pastel en aquella mesa mientras él toma parte del glaseado con el dedo, la hace reír un poco por su comentario mientras se retira los guantes.
— ¡A Aly no le molesta! Lo traje para usted y si le hace feliz comérselo con las manos está bien —Busca un cuchillo para comenzar a separarle una pieza grande y la sirve en un plato de postre junto a una cucharilla— Ahora prueba no solo el glaseado sino todo el pastel
─ Lo siento!... pero es la verdad, no puedo mentir, quizás muy pronto lo comprendas Aly, y no pienses que soy infeliz, al contrario... vivo una vida plena, entre aventuras, emociones y camaradas, a diario mi esfuerzo se duplica y mi búsqueda por ser mejor aflora para darle un motivo a mis pasos ─ No demora en acercarse para tomar un poco de aquel glaseado que cubre el pastel, y probarlo. Como siempre su amiga tiene el toque perfecto para este tipo de detalles... ─ Lo lamento, pero... debía probarlo. Se ve y sabe tan delicioso que es imposible ignorarlo o siquiera esperar a que lo corten... ─
