... puedes guardar los caramelos para ti, iré contigo sin nada a cambio... quiero asegurarme de que llegues segura a casa ─ Sonríe, y luego se levanta para acomodar a los pequeños gatitos que duermen sobre su regazo en su guarida y así acompañar con la joven hasta el super mercado, antes de que fuese más tarde.

Por momentos centra su atención entera en la forma tan peculiar de aquella dama al momento de expresarse, incluso le parecía tan divertida de alguna manera. Notó de inmediato el error de pronunciación sobre su nombre y cuando estuvo a punto de corregirle, solo se detuvo para sonreír, pues entiende que no es un nombre común y llega a ser algo largo y complicado de aprender a la primera.
Pero escuchar la invitación de la joven si fue una sorpresa para el varón, que no pudo evitar sonrojarse un poco ante aquello, que no era tan común, y menos viniendo de alguien que recién conoce, afirmando sólo con su cabeza antes de comentar.
─ ¿No deberías confiarte tanto con los desconocidos?... en este mundo existen personas malas, aunque parezca sorprendente, muchos de los humanos poseen esa maldad muy arraigada en su proceder y una chica tan dulce como tú, podría fácilmente meterse en problemas si no tiene cuidado...

[code]— Chii se sentiría feliz y... — imitando las acciones de otros, se le ocurrió una "brillante" idea para que Izuminokami accediera. — ¡Chii te comprará golosinas! — porque sí, a ella la han recompensado con eso y piensa que lo animará a ir.[/code]

[code]— Chii no se siente triste. Estoy bien — respondió ya más animada la persocon, correspondiendo al saludo. Se tomó un instante para apreciar la calidez de la mano ajena; ella también era "tibia", pero nada se comparaba a la calidez natural de los seres humanos. Que curioso era.

— ¡¡Izunomikami!! — el alborozo provocado por conocer a una persona nueva elevó el tono de voz de Chii, ocasionando que el gatito reposando cerca de ella diera un cómico brinquito. Chii lo siguió con la mirada, a la expectativa de una nueva reacción pero... ¡Oh! Había olvidado pasar a comprar algunas cosas al super mercado que la casera de su vivienda le encargó. Chii extrajo un pedazo de papel con las instrucciones. — Chii... — Mirando al contrario, la joven de hebras rubias le sonrió.
— Chii debe ir al super mercado. ¿Izuminokami quiere acompañar a Chii? — A pesar de ser advertida por la casera de no ir hablándole a cualquier extraño por la calle, Elda sintió confianza al hablar con el mayor. [/code]

Fueron sus últimas frases las que de nueva cuenta le regresaron a su estado natural, aquella dama posee una manera interesante de describir cada cosa, pero ¿Quién es ella? Era extraño, nunca antes la había visto, aún cuando ambos toman la misma ruta de regreso a casa. De pronto su atención se centra nuevamente en las palabras de la joven, esta vez escuchando el nombre de la desconocida acompañado de un cortés gesto, el que no demora en atender estrechando la delicada mano ─ Me llamo Izuminokami... es un placer Chii ─

─ Puede ser... o quizás solo es mi manera de enmendar los errores del pasado; si te fijas bien ellos llegan a ser seres tan inocentes, viven tranquilos, aun sin tener un hogar cálido donde dormir... y son felices solo con un poco de compañía... es lindo ¿no te parece? ─ dijo aquello, alzando luego su mirada una vez más, encontrando en esta ocasión aquellos ojos fijos en él, a lo que no pudo evitar sonrojarse, intentando de inmediato cambiar su expresión, quedando presa de los nervios al no lograrlo. Llegando a pensar incluso que tal vez ha dicho algo que no debía y ha lastimado de alguna forma a la joven.
─ ¿Pasa algo?... si fue por mi actitud de hace rato, en serio le pido disculpas no quise asustarla y hacerla sentir triste...─ menciono con claro tono de preocupación.

en son amistoso.

━ Mi nombre es Chii. ¿Cuál es el tuyo? ━

[code]Con dificultad, la persocon apenas logró entender el cambio de actitud de su acompañante. Elevó ambas cejas al unísono, mimetizando las facciones sorpresivas del hombre. ¿Habría dicho algo mal? Elda no hizo más que sacar conjeturas adelantadas ante lo que oyó. ━ Chii no sigue a nadie pero pienso que si los visitas a menudo es porque te sientes solo como ellos. ━ Dirigió la mirada chocolatada a él, transmitiéndole su sentir melancólico y solitario. ━ Chii también se siente sola a veces… Hay cosas muy complejas las cuales es mejor no contar… ━ Repitió abrazándose a sí misma para confortarse, transformando esa aura triste en calidez.



━ Aunque Chii ha aprendido que no todo es tristeza. En esta gran ciudad hay momentos de felicidad. ━ Encontrándose a sí misma hablando de más, la persocon extendió una mano hacia él en s

Aquella pregunta cayó como un balde de agua fría, algo en el interior del chico empezó a debatirse. Las palabras de la joven volvían a abrir ese fugaz deje de dudas que pronto afloró para mostrarse en su semblante. Volteando la vista para apreciar mejor el detalle de su nueva compañía
─ ¿Cómo es que tú...? ¿Cómo sabes eso? ¿Me has estado siguiendo? ─ dijo con un tono ahora más seco, antes de retractarse y encogerse de hombros.
─Lo siento... no debí se tan grosero, pero es que hay cosas muy complejas, las cuales es mejor no contar... y guardarlas para uno mismo, aún cuando eso significa permanecer aislado de los demás ─

[code]━ Chii puede entender cómo se sienten. ━ Le resultaba difícil el explicar esa sensación amarga en el pecho a cualquier otra persona y de poder utilizar una palabra para definirla sería esa: “soledad”. Elda tenía un sitio al cual regresar cada tarde después de terminar de trabajar en el maid café, asimismo, contaba con empleo, amistades y aún así sentía que una tristeza ajena la perseguía como su propia sombra.

Volteó a ver al mayor, con gesto sereno y receptivo. ━ ¿También vienes aquí porque te sientes solo? ━ [/code]