A donde vayan tus soles cuando se marchiten tras dejarlos atrás en tu camino guiado. A donde vayan tus palabras cuando sus luces se apagan y el pasado las devora sin dejarlas escapar.
El cruce de tus promesas. El recuerdo de tus intenciones prevalecerán y mantendrán encendidas las velas de tus convicciones para no olvidar quién eras, y qué querías lograr.