¿A mi? Yo no quiero que nadie me siga. Menos estas débiles bestias. Vienen por sí solas, hambrientas, pero sin cerebro no logran nada mas que ser adornos. ¿Las quieres? Llevatelas, servirían de entrenamiento. -Enarcó la ceja izquierda al visualizar el semblante del contrario, sonriendo de lado.- Sin tus espadas, ¿mh?

Las debería matar. -Truena sus nudillos ligeramente y ladea su rostro, con el sueño fruncido- traicionar a su especie para servirte a ti. Hmph...

Ninguna sirve para nada.

Esas bestias traidoras.

...¡Já! -Se lo patea lejos al estirar la pierna cuando la descruzó al instante que la maldad se le plasmó en la cabeza. Si estaba en su modo inner, era bien forra(?).-

° °... -Se le cae el celular.-