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- Sam solo siguió en el papel el tiempo que tardó en ingresar al túnel, apenas estuvo lejos de la vista de aquella mujer se apartó del muchacho y sacudió un poco su ropa con las manos, no quería su aroma impregnado-

No voy a tomar.

- contestó Sam al chico mientras analizaba nuevamente la situación y focalizaba los posibles peligros que habrían en el lugar. Enseguida se movió hacia un punto que le parecía estratégico para observar a ambos chicos y solo se apoyó en la pared, mirando a ambos , tampoco era muy conversadora en el trabajo -
SW-User
= Se dejo llevar a la vez intentando no mostrarse torpe al caminar, iba a olvidar lo sucedido. Ya se estaba acostumbrando a la oscuridad de ese túnel que al llegar a la zona de la fiesta, tuvo que parpadear para acostumbrar lo ojos a la explosión de luces sin olvidar la música del interior, que apenas escucho lo que kaiser menciono se iba a quedar atrás observando el panorama, sonriendo leve. =
KaiserTahoma · 26-30, M
¡¿Escuchan eso?! Esto me enciende... ─ mordió su labio inferior, agilizó el paso para llegar a la siguiente cortina.


Abrió las cortinas que separaban el oscuro túnel de toda la diversión, se adelantó a sus acompañantes esperándolos detrás de la cortina.
Era un espectáculo fantástico, la música a todo volumen, la gente saltando, las luces, el olor a una mezcla de perfume, loción y drogas; un paraíso en toda regla.

Es hora de tomar algo. ¡I'm so fucking excited! ─ dijo y se dio vuelta hacia ellos. ─ Vengan, vamos por unos tragos ─movía la cabeza al ritmo de la música, se mordía el labio inferior y de pronto comenzó a mover los brazos bailando. Solo duró unos instantes y se dio vuelta en dirección a la barra repleta de gente bastante agraciada.
KaiserTahoma · 26-30, M
Al ser rechazada, la mujer pidió disculpas por lo que había intentado.

Tanto Kaiser cómo los cadeneros se quedaron anonadados con los ocurrido, no era algo común el ver que rechazaran a una chica tan sexy.
Kaiser se encogió de hombros y se dio vuelta hacia la entrada.

Solo tres, grandote ─ sonrió ampliamente y se adelantó. El hombre levantó las manos mientras caminaba hacia la entrada.

¡Es hora de la fiesta! ─ gritó enérgicamente.

El cadenero posterior abrió las puertas para que el chico y sus acompañantes pudieran entrar. Por supuesto que no faltaron los ruidosos quejándose de la facilidad cómo ese trío había entrado; cosa que a los cadeneros les dio igual. La entrada era una túnel largo y oscuro. Apenas se podían guiar mediante unas flechas luminosas en el suelo. Tras haber recorrido la mitad del pasillo, la música empezó a ser audible.
[media=https://www.youtube.com/watch?v=K6BRna4_bmg]
- mientras esperaba que la analizara el guardia de la entrada, observó nuevamente a su alrededor y apenas la mujer se apegó al otro chico Sam se acercó a paso firme, alcanzando a escuchar sus palabras supo que esta no era bienvenida y así, por mero trabajo dejó que el chico que se apegara a ella e incluso pasó su brazo por sobre los hombros ajenos, mirando fijamente a aquella mujer -

Se te perdió algo? Mejor muévete, no nos dejas entrar.

- y entonces tomando al chico del brazo, aunque no de forma muy romántica, intentó llevarlo al interior de aquel bar -
SW-User
= Ese apego de la muchacha de forma tan ¿descarada? le hizo concentrarse y dejar de estar tan nervioso, por lo que hizo un gesto de desagrado que termino apartando a la chica para alejarse también. =

no te conozco, no apegues a mi..

= Intenta no ser demasiado cruel, ya que era posible que después se la encuentre dentro del antro. Decide apegarse a sam solo para hacerle creer a la intrusa que tenía una posible compañía; de forma disimulada se pasa la diestra a donde tenía la sensación del pecho femenino se había apoyado, esperando olvidar rápido lo sucedido.=


KaiserTahoma · 26-30, M
[code]─ Tranquila, Sam. Lleva el arma, no te preocupes por ello. Vamos ─ miró a ambos antes de caminar directo a los mastodontes que resguardaban con una barricada la entrada al inframundo.
A pesar de la enorme fila que muchísimos hombres y mujeres estaban haciendo, Kaiser fue directo a los porteros y se paró frente a ellos.

Somos tres ─ dijo y señaló a sus acompañantes con pulgares.

El hombre echó una mirada observando a Sam y después a Gael.

Pueden entrar, señor Tahoma ─ asintió con la cabeza y ordenó a su compañero que abriera la cadena para dejarlos entrar.

De pronto, una mujer tomó a Gael del brazo, sitio dónde estampó sus enormes senos. Era una chica morena, de labios gruesos rojos, cabello corto, llevaba un pronunciado escote en ese brillante vestido de lentejuelas platinado. Con una sonrisa coqueta le hizo "ojitos" al silencioso chico.

Amor, ¿ya vamos a entrar? ¡Qué emoción! ─ se apegó aún más a él.[/code
De acuerdo, mientras tenga buena música...

- nisiquiera se preocupaba por los tragos, si iba a estar se servicio no podía beber aunque de todas formas las bebidas mortales no le iban a afectar fácilmente.
Al llegar al lugar bajó después del otro hombre, dando una mirada rápida en el perímetro para después dirigir su atención a quien la había contratado -

Hay guardias en la entrada, no? Debo guardar mi arma en otro lugar

- con cuidado sacó el arma de la parte trasera de su pantalón y entonces la metió en la delantera, allí se disfrazaria más fácil -

Ya vamos dentro?
SW-User
Esperaba una llegada al lugar mas tranquilo, al ver el establecimiento desde el interior del carro le hicieron dudar en bajar tan rápido, solo espero que toda la atención se fuera a Kaiser para después bajar con la mirada baja esperando pasar desapercibido.

Deja la puerta abierta para que la chica bajase también, en silencio se quedo aun costado sin ir hacia la entrada del antro aun, respiro profundamente hacia tiempo que no estaba entre tanta gente. =
KaiserTahoma · 26-30, M
[code]─ Madre del amor hermoso. Pero qué caras tan largas ─ no perdía el encanto y el entusiasmo.

Arrancó el vehículo y salió quemando llantas.
Iremos al inframundo ─ soltó enchinano los ojos y con una voz grave mientras aceleraba a tope.
No se asusten, es un nuevo antro que abrió apenas hoy. Es exclusivo, pero tengo los contactos para que podamos entrar sin problemas ─ respondió con plena confianza.

El trayecto fue corto, ya que el vehículo levantaba con facilidad los 140 km/h y a él no le importaba conducir a tal velocidad sobre las autopistas de la ciudad.

Una vez en el lugar, este se hallaba en un edificio enorme, totalmente iluminado con luces de neón azules y rojas. En la entrada habían dos mastodontes con gafás aún en la noche.
El hombre se estacionó en la acerca frente al lugar y descendió con la actitud de una estrella de Hollywood. Un valet parking se acercó corriendo, Kaiser le arrojó las llaves y procedió a cami

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