— Incluso si decidía afeitarse, su barba volvía a ese estado típico. Es pura testosterona. Recibió una nueva rajada para la colección, no era molestia. Si acaso, ahora tenía algo más que lo haría diferenciar del original. — No pertenezco a ningún lado.. Pero.. agh, fucking hell. — No podía decirle que no. Simplemente no podía. No tenía muchas cosas que llevar, solo su traje y una botella de jack daniels medio vacía. Se podría aguantar los sermones que la tía May y Peter tienen para él si eso significa que podrá pasar más tiempo con ella. — Tú ganas.
—Aquella ocurrencia la hizo parpadear un par de veces.— No suena descabellado, pero qué podría contarte a ti. —Soltó una risilla. Ahora sus garras se habían enganchado a los bordes de su máscara.— Lo descabellado sería que yo fuera un clon. —Hablaba distraídamente, pues su curiosidad felina la impulsaba a "sólo echar un pequeño vistazo"; ¿se había rasurado ya? Esperaba que no. En eso pensaba mientras dejaba a la vista unos milímetros de su piel, hasta que la red impactó en su cadera, cosa que la hizo sobresaltar y hacerle un pequeño tajo en su barbilla.— Esa ciudad. —Asintió con firmeza, decidiendo guardarse el secreto para después.— No perteneces a este rancho. —Le recordó, rememorando un pedazo de su última conversación de cama.—
No me digas que eres una clon. — Sería un twist completo, no lo vería venir. Recordó esas garras, que le dejaron unas cicatrices por toda su espalda y brazos esa noche. Sentir sus dedos sobre él le inicia la chispa de sus sentidos. Pero no precisamente por ser un peligro. Le disparó una red orgánica directo a su cadera, no tendría escape. Una medida de seguridad por que en verdad, realmente, no quiere perder de vista a la gata negra. — Tu ciudad, llena de Avengers, mis hermanos y un montón de gente rica y presumida. ¿Esa ciudad?
—Ejerce una leve presión en los pulgares sobre sus pómulos, masajeando su rostro mientras sus ojos se posan en los de su máscara, tan fijos como si pudieran penetrarla.— ¿Si te digo un secreto te sentirás mejor? —Frunció ligeramente los labios, pero contrario a la dulzura de su voz, su mirada era maliciosa. Sus pulgares enguantados se habían deslizado en ascenso hasta su cuello, donde sus garras retractiles vacilaban con penetrar las telas del traje del arácnido, como si estuvieran por encajarse en su garganta, mas se mantienen tentando su manzana de Adán.— Ir a mi ciudad, portarnos mal. Ya sabes.
I hate it when you leave me like that. — Se mantenía colgado de una gruesa red que da al techo, no se pierde ni un detalle del andar de esa mujer, es fácil quedar hipnotizado por su encanto. — ¿Listo para qué? — Tan metido estaba en esos labios, esa voz, que le costaba reunir sus ideas. Estaba de cabeza, pero sabe que eso no será un obstáculo para ella. —
I know you did, Spider. —Los tacones de la felina resuenan por toda la estancia mientras avanzaba hacia el arácnido, manteniendo un paso lento pero armonioso, contoneando mucho sus redondas caderas en ese suave andar.— Espero que ya tengas todo listo. —Al llegar hasta él unió su frente brevemente a la ajena, como si aquél gesto fuera un saludo. Pero sus manos inquietas tuvieron que acudir a tomarle por las mejillas antes de alzar el rostro y presionar la punta de su nariz contra la ajena, por sobre la máscara.—
