... Aunque si acompañarnos es un martirio para ti, puedes quedarte y estar seguro de que ninguno de esos peces hará boom boom.
Un gancho perfecto para convencerlo. La ineficacia que siempre señalaba a los caballeros debía ser más que suficiente para hacerlo ir y, por su propia cuenta, asegurarse de que realmente no habría caos en esa pesca. Kaeya era responsable cuidando de Klee, pero al mismo tiempo no iba a dudar en consentirla apenas tuviese la oportunidad, y dejarla usar sus bombas no iba a ser una excepción.
Esa era una treta perfecta en la que mataba dos, o incluso más, pájaros con una sola flecha. Klee tendría su día de pesca extrema divertida con ambos y, además, se salvaba de recibir las mordaces observaciones, señalamientos y ofensas que Diluc pudiera lanzarle. Él ganaba en cualquier escenario, Klee también y Diluc... Solo debía soportar un par de horas antes de que la desesperación terminara de carcomerlo.
— Relájate un poco, Diluc, ¿Crees que Jean la dejaría salir del confinamiento para vagar por Mondstadt llevando bombas? En esta ocasión no trae ninguna de esas bombas, solo trae cuentos y Dodoco viene con nosotros también. —Tal vez traía una o quizá dos bombas dentro de su bolso, una costumbre de la que no podía privarla, pero que sin duda no iba a dejarle utilizar por el bienestar de los peces.— Lumine le habló sobre ciertos peces que crecen en partes específicas y Klee quiere pescar uno para ella. Podemos comenzar en Levantaviento [...]
... — Se mostró totalmente inexpresivo a pesar de la retorcida sorpresa de su "hermano", un dolor de cabeza más que otra cosa, siendo la pequeña "caballera" entre sus brazos lo único que evitaba sus usuales expresiones amargas y respuestas venenosas para con él. —
¿Pescar? Pescar... — La palabra le trajo recuerdos, haciéndole suspirar por el potencial problema que tenía en sus manos ahora. Resignado, se encogió de hombros como si recolectara sus pensamientos, accediendo. — Bien... Sólo asegúrate que no traiga explosivos.
— Retomando la compostura pasó a ajustarse los guantes, ademán común en él, mientras varias ideas de las terribles posibilidades por sólo ir a "pescar" con Klee, pasaban por su cabeza como flashbacks. —
