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[...] Hecho insólito por primera vez, en todo Teyvat, del que él mismo fuera testigo. Sin embargo, terminó por negar un par de veces cuando relajó, aún más, las expresiones de su rostro para mantener el ánimo tan fresco como el vino.— Suena que Iscandar es un lugar muy lejano de este planeta, incluso de esta región. Parece algo muy extraño para ser una simple casualidad o una visita por meros intereses turísticos. —Bebió de nuevo, degustando las notas dulces de su bebida. Dejó el tarro sobre la barra, con un pequeño ruido y giró la cabeza para mirarlo mejor.— Es un placer, Máximo de Iscandar. Mi nombre es Kaeya, Capitán de Caballería de los Caballeros de Favonius. En nombre de todos, te doy la bienvenida a Mondstadt, viajero.
[...] Tan mal que la mayoría de sus palabras eran un invento. Cosas típicas de borrachos, aunque él mismo sabía, que en esas ocasiones era donde la lengua solía estar más suelta para expresar solamente la verdad. Aunque ésta, sin duda, terminaba por ser increíble. Negó un par de veces, prestándole más atención a su bebida a la que procuró dar un nuevo sorbo; parecía que no le importaba aún tenerlo colgado del cuello o diciendo incoherencias. Levantó la mirada un momento, como si con ello pudiera ver el cielo a través de las maderas que formaban el primer piso de ese establecimiento y frunció los labios incrédulo.— Más allá de las estrellas. Máximo del planeta Iscandar. —Pareció hablar con seriedad aunque empleó un tono bajo, fue más una manera de recordarse el nombre o, quizá, tratar de hacer memoria sobre algún lugar llamado así que se mencionara en los libros o algún registro histórico. Pero nada, no había relación alguna con ese lugar. Debía ser, sin duda. un [...]
En un principio, consideró no prestarle demasiada atención a la forma en que le veía, no era la primera vez que esa clase de cosas sucedían, después de todo su apariencia "extravagante" e incluso llamativa se prestaba para ello. Lo único que, por unos instantes pareció sorprenderlo, fue ese repentino acercamiento con tanta confianza. Suspiró, como si estuviera resignándose a aceptar aquello sin rechazo alguno, era común ver esa clase de comportamientos entre los ebrios que visitaban las tabernas, incluso él mismo en algún punto había llegado a tener esa clase de confianza. A veces de forma inconsciente y otras, solamente para obtener lo que buscaba.— No es necesario ir hasta otro planeta, Sara prepara unos asados con miel exquisitos. Además, tan solo cumplo con mostrarle a los extranjeros la amabilidad que distingue a las personas de Mondstatd. Mond. —Se corrigió a sí mismo con una pequeña risa que escondía más que su ánimo. Seguramente la bebida lo había dejado [...]
BlackRockSooer · M
[code][...] Apenas tenía consciencia de lo que hacía o decía, por lo que cada pregunta sería respondida sin muchos rodeos.- No estoy interesado en unirme a nada, yo provengo de un lugar muy lejos, demasiado lejos... arriba en el cielo, más allá de las estrellas. Iscandar es el Planeta que dirijo. Yo soy Máximo. Almirante Máximo Vasilios, Rey de Iscandar. -Cualquiera que lo escuchara lo tomaría como un loco más, ¿Y como para no? Decía muchas estupideces juntas para alguien normal, pero estaba diciendo la verdad.-[/code]
BlackRockSooer · M
[code]¿Eh...? No me gusta la competencia... se los dejaré a ellos, yo ya tengo lo que quiero. -Claramente se refería a ese extraño vaso de jugo dulce, cual no tardó en terminar de un largo sorbo. Finalmente dejó el recipiente sobre la mesa y tras ello se inclinó levemente hacia el peliazul a quien analizó muy invasivamente, detallando sus ropas, esa extraña capa en su hombro derecho, su facciones y sobre todo el modo agradable que disponía con alguien pasado de copas como era Máximo. Ese simple gesto provocó que pequeñas lágrimas brotaran de sus ojos y casi al instante se abalanzó contra este para intentar abrazarle por su cuello a modo posesivo.- Aaahh~ Sos un encanto al socializar conmigo, te llevaría a mi Planeta para que comas conmigo un buen asado. Hasta acortas el nombre de este lugar para ayudarme. Te ganaste el cielo querido~ -Y ahí sus actos de efusividad en completa ebriedad. [...][/code]
Sin embargo, terminó dejando salir una carcajada que permitió dejar en sus labios una animada sonrisa, no comprendía el sentido de sus palabras, pero le resultaba gracioso; casi siempre los ebrios decían cosas divertidas, secretos o confesiones, pero éste parecía ser solo lo primero.— Temo no ser el indicado, pero hay un chico, Albedo, que seguramente estaría muy interesado en hacer algunas investigaciones. Deberías darte una vuelta por el gremio de aventureros, siempre están buscando personas interesadas en la aventura. —Volvió a levantar el tarro y así bebió un largo sorbo en el que su ojo permaneció atento al sujeto. ¿De dónde podía venir exactamente y cómo había llegado hasta ahí? ¿Provendría de alguna otra región de Teyvat? ¿Sería una nueva tormenta, un aliado o solo alguien que, como confesó, iba de paso? — ¿Y cuál es tu nombre? Espero que los Caballeros que rondan la ciudad te dieran una calurosa bienvenida.
— Aunque admito que sería interesante, por ahora hay muchos ojos poniendo atención. —Comentó mientras que levantaba el tarro e intentaba mirar más allá del contenido púrpura que se almacenaba en su interior, incluso más allá de la madera del tarro.— Cerca, pero no; es Mondstadt, la capital de la libertad, aunque podrías decirle solo Mond, es más fácil. —Levantó los hombros, tal vez incluso los nombres rebuscados de la ciudad le serían difíciles de recordar o pronunciar en ese aparente estado de ebriedad. Aunque la intriga nació en Kaeya cuando escuchó esa particularidad que tenía el forastero, ¿cómo es que el azúcar le podía afectar? Era la primera vez que escuchaba algo así, definitivamente no era común, quizás ajeno como lo era su más reciente visitante; apoyó el codo izquierdo sobre la barra, y dejó reposar la mejilla sobre el dorso de su mano para observarlo con la debida atención que algo curioso siempre merecía.
BlackRockSooer · M
[code]¿Tesoros? ¡Wooooh~! Hay que ir a buscarlos, quizás encontremos alguna reliquia interesante. -Expuso con bastante efusividad y entusiasmo, ignorando por completo aquellas miradas de alrededor. En ese aspecto y aunque pudiese percibirlas, no tendría problema en lidiar con sujetos problemáticos, aunque de momento su objetivo no era buscar tales tesoros, sean reales o no, sino disfrutar de una buena bebida acompañado de algún apuesto hombre.- Mond.. Mon... ¿Monster? -A sus oídos notaba así la pronunciación y con semejante nivel de azúcar encima no se molestaría si quiera en decirlo bien.- ¿Vino? No, esas cosas no me pegan como lo dulce. Tengo un cuerpo extraño... muy muy muy extraño. Cuando quieras puedes analizarlo. -Comentó coqueto y entre risas, como lo haría un borracho más del lugar en un intento estúpido por ligar.- Puede ser. Solo estaba de paso. [/code]
— ¡Ah, por supuesto que lo fue! Incluso escondió un par de tesoros por ahí, ya sabes, debía mantenerlos ocultos por su enorme valor. —Asintió un par de veces, sin embargo, de vez en cuando se aseguró de percibir las miradas que, algunos ajenos a la senda de la justicia y el trabajo duro, llegaron a lanzarle por la avaricia. No tenía duda que pasaría un buen rato de diversión espiándolos, o recibiendo datos de sus informantes, mientras que buscaban algo que siquiera existía.— Estás bebiendo jugo de ganchos de lobo, es una bebida típica de Mondstatd ya que aquí es el único lugar donde solo los puedes encontrar. —Dio un largo sorbo a su bebida, hasta que dejó reposar el tarro sobre la barra con un pequeño golpe. Fue entonces que se giró, sobre el asiento, para mirar mejor a su "nuevo" acompañante.— Cualquiera pensaría que te has bebido una botella de vino con ese estado, pero en fin, ¿has venido al gremio de aventureros?
[code]-Esa era una respuesta bastante decepcionante para el sujeto ya que en sus adentros y en ese estado de ebriedad apenas lograba pensar con coherencia, parecía ser un borracho más de la cantina que apenas sabía donde estaba parado, aunque era demasiado extraño y llamativo ya que nadie le había visto tomar una gota de alcohol.- ¿Ehhh~? Tu abuelo debió de ser alguien grande... aventurero, heroico~ -Musitó esa última palabra haciendo una estocada al aire con su mano libre, evidentemente intentando imitar tontamente una pelea de espadas.- ¿Ganchos de lobo? ¿Así se llama esto? -Cuestionó un tanto abstraído de la realidad, oliendo el contenido de su vaso, para posteriormente dar un largo trago hasta acabarlo, y tras hacerlo sonrió muy amplio, enseñando su blanca dentadura perfecta junto a esa esencia alocada que demostraba esa noche.- ¡De-li-cio-so![/code]
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