— ¡Si, si! ¡Escucha!...Choc-o-late.—

Dijo, luego negó su cabeza riéndose de sí misma. Seguía arrastrando la palabra y eso le causaba más gracia, más ahora que alguien más la escuchaba. Para otra persona en sus cinco sentidos, aquello sería algo sin importancia, pero para ella, en esos momentos, era lo más divertido del mundo.

— Creo que estoy un poquito ebria. —

Le musito al peli negro, llevando su mano hacia su boca, intentado reprimir otra carcajada, pero le fue imposible. Estaba demasiado animada, más de lo habitual.