Extendió su mano para chocarla con la de él, sin parar de reír, para luego aplaudir. Ya se le notaba lo bastante ebria, y cualquier que la conociera, la viera así, se sorprendería. Pero de alguna manera, inconscientemente, la estaba pasando bien, no tenía que preocuparse por nada.

— ¡JA! Ahora tendrás que entrenar conmigo. —

Lo señalo, burlándose de él por haber perdido, festejando alzó sus brazos hacia arriba, con euforia. Aunque luego, al hacer ese movimiento, sintió un leve mareo. Sintió que todo a su alrededor daba vueltas.

— Mañana....— Musitó tratando de calmarse. Eso había sido demasiado.