*Entonces, el sereno y serio arcángel, cruzó con delicadeza en sus brazos al pequeño minino, resguardándolo y acunando, llevando su delicada mano a la cabecita del felino para calmarle un poco.*
- Descuida, no diré nada. -mencionó calmado y teniendo un trato cariñoso con la pequeña gatita- Entiendo que debes esconderte de los humanos, pocos son los que entienden la verdadera naturaleza de nosotros, los seres celestiales y no celestiales. Pero me cuesta un poco saber, ¿qué te ha traído por éstos suburbios, pequeño minino?, ¿acaso no sabes que en presencia de algunos demonios, eres presa fácil? *Incauto es la sensación que presenta la pequeña gatita ante el arcángel, quién ahora caminaría a paso lento y pacífico a lo largo de las calles y resguardándole del clima que ahora se avecina, sin embargo quería saber la razón de esa chica o joven, convertido en gato, después de todo, podría serle de ayuda para su búsqueda.*
*Para Raphael, los años, siglos y milenios pasaban tan desapercibidos en alguien de dicha naturaleza celestial, considerándolos solamente como un minuto o día, sin dar importancia a los acontecimientos humanos que se han regido a lo largo de la historia y tomándolos por alto sin mayor relevancia, sin embargo, eso no es sinónimo que el joven Raphael no deba tener por sabido cada época en la que se encuentra, puesto que en cada lugar del mundo y año, éste se debe adecuar con el fin de cumplir la adecuada búsqueda de su cometido. Y ahora, por azar del destino, Raphael se encuentra en la época actual que todos conocemos, pero ... ¿Que hace un "ser supremo" en estos lares?, la respuesta es simple, él buscaba a la próxima reencarnación de Alexiel, el ángel Orgánico temido por muchos, o tal vez, solo estaría de paso para llevar a cabo sus prácticas lascivas en cualquier fémina que caiga presa de los encantos que el arcángel del viento posee, yendo de amante en amante a lo largo del tiempo.*
*Ese mismo día, después de un largo rato de camino por los suburbios de la ciudad, el joven de cabellos rubios llegaría a un solitario parque rodeado de frondosos árboles que brindan la apariencia de un denso bosque, lográndose percatar que éste se torna más solitario y silencioso a cada paso entre la penumbra del sitio. Raphael, sin mayor auge, se tomaría el gusto por tomar asiento sobre una banca que se ubica a un costado del sendero por el que camina, así mismo, acercó su mano a la altura del pecho para sustraer del bolsillo de su saco una caja con cigarrillos, llevando uno a la comisura de sus labios y después prender fuego con un fósforo. Raphael daría la primer calada del cigarro mientras éste se consume y convierte en forma de ceniza, luego expulsaría el humo fuera de sus labios dejando escapar esa hilera oscura que se desvanece por completo, volviendo de nuevo a repetir la operación.*
*"Pasa el tiempo y cuando pasa, nos va llevando con él, cada segundo que corre nos queda menos por ver, en su marcha enloquecida no conoce quien es quien, se apodera de los pobres y de los ricos también. No perdona ni a las flores, ni al mas bonito jardín, las conviertes en primores y las destruyes al fin, el tiempo es cruel. Si la felicidad toca a las puertas, veloz suele ser, y cuando no es preciso, es lento su transcurrir, admirable es para aquellos que lo percatan por su inexorable ley. Somos parte de su juego, como piezas en un tablero de ajedrez.".. Aquella ideología pasaba por la mente de Raphael mientras fija su mirada hacia todo, y a la vez, a la nada, llevando el cigarrillo a sus labios y deleitando el hedor del tabaco inundar su invulnerable organismo a los efectos tóxicos de la nicotina, tabaco y demás componentes que contiene.*
*De pronto, el dulce semblante del joven, cambió repentinamente al sentir una cercana presencia. Vaya que le es molesto que interrumpan su momento de soledad, sin sospechar, o siquiera importarle de quien se trate ahora. Sus fríos y azulados orbes se posaron hacia la dirección donde se ubica esa pequeña y juguetona gatita, quien ahora se había tomado la molestia de perseguir a las aves del lugar. No obstante, Raphael, el arcángel de rubia cabellera, optó por calmarse un poco, y mejor actuar con con cierta indiferencia, puesto que al fin y al cabo, un ángel elemental y maestro de virtudes, no puede tomarse las cosas tan enserio, y menos si provienen de cualquier criaturilla sea o no de luz, en especial de una gatita, pero venga que ... ese pequeño espécimen no es un ser normal, había algo que el rubio puede sentir a profundidad, y es así, como se acercó con lentitud, colocando su rodilla en su suelo y su otra pierna semidoblada.*
- Pequeño minino ... ¿a quién tratas de engañar? *Sujetó a la gatita y la cargó entre sus brazos mostrando de nuevo esa frialdad en su mirada*
[code]Out.- ¡Claro! No te preocupes por eso y si yo ayudo tambien, de eso se trata esto ¿No? jajajaja.[/code]Al fin la pequeña gatita quedó dormida, quizás fue por tanto caminar. Pensaba la peliverde. — Bueno vamos a darte un poco de comida — Dicho lo cual se dirigió a su casa. No pasó mucho tiempo cuando al fin llegaron. Colocó a la minina en su cama mientras se dirigía a la alacena para buscar algo de comer.
-Le fascinaba el pequeño felino, se sentía de alguna manera pleno y lograba amenizar sus efímeras noches. Paso sus dedos muertos por la cabecilla del animal mientras dedicaba una caricia de lo más sutil. Dejó caer la pelota para que pudiese entretenerse mientras tanto. Sus ojos lavanda seguían fijos en él, detallando su físico tan agraciado. El espadachín era un ser muy huidizo y la mayoría del tiempo evitaba si quiera cruzar palabra con algún ser más sin embargo sus muros de indiferencia se derribaban al ser partícipe de lo que creaba la naturaleza.
Cuando juzgaba era mordaz, pero desde la escisión de su familia demoníaca se había convertido en alguien más ecléctico; al menos con los animales. La comisura de sus labios se curvó hasta adaptar una gran sonrisa que mostró incluso parte de su perfecta dentadura blanca. Las hebras azabaches de su cabellera se extendieron por todo el suelo, tal vez pronto se decidiría a la adopción de animales domésticos. Sopesó la posibilidad de acogerlo.... Realmente le haría feliz.-
(Ooc. Tú y yo (?) Te dije que tenía una fotografía contigo. )
