—¡Cartman, por dios, eso es demasiado!—Sabía que lo ignoraría pero ¿su novio podía ser más imbécil? Al parecer no, que mierda, serlo ya sería un atentado contra el mundo entero. Al oír la cantidad digerida por Cartman no sabía si regañarlo o preocuparse y mandarlo a un chequeo, a ese pasó al día siguiente le daría algo por ingerir esas cantidades abismales de comida y droga.

Pero por alguna razón no dejaba de pensar en que se sentiría estar así también, así que dio otra mordida grande a la hamburguesa, que la estuviera comiendo no implicaba que no iba a reclamarle al padre de Stan por semejante cosa. Se dejó llevar, su complexión delgada y poca tolerancia le hacían sentir ligeros los pies y ya sacaba bajas risillas al ser arrastrado por su pareja, se sentía gracioso pero no tanto.