Avergonzarlo y humillarlo frente a las chicas era un completo diete para Cartman, entonaba con verdadero sentimiento dicha canción y no bastándole con eso, se había sacado una guitarra acústica del culo aparentemente, ya que de la nada estaba cantando dicha canción y tocándola en guitarra al mismo tiempo haciendo ver aquel momento más romántico de lo que de verdad era, los que no los conocieran he incluso los que si creerían que estaban profundamente enamorados. Las chicas sentimentalistas no tardaron en entonar un profundo suspiro admirando al “valeroso” chico que declaraba sus sentimientos tan “sinceramente”.
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No recibir respuesta de Cartman era raro, pero cuando oyó su voz resonando por todo Pasitas fue cuando supo que lo que sea que hiciera sería grande. Y así fue, fue exactamente igual a la vez que lo intentó alejar de Nichole en ese partido y su reacción fue la misma que en aquellos ayeres: tratar de esconderse(?). Solo que estaba vez las razones eran diferentes y un ligero tono carmesí adornaba sus pómulos.

Internamente estaba disfrutando aquel acto vergonzoso, porque no había más que negarse a si mismo, en la mente de Kyle Broflovski ya estaba claro desde hace un tiempo: Eric Cartman le gustaba demasiado.

Cartman analizaba detenidamente a la chica judía y posteriormente al chico judío, eran tan jodidamente similares inclusive en aquel extraño gorro aunque el de la chica era de un tono verde más oscuro, no sabía si estaba viendo atractiva a la chica o a Kyle, nada que un psiquiatra no pudiera arreglar, sin embargo al ver a Kyle tan cariñoso con la pelirroja le hizo levantarse y disponer del micrófono abierto, era noche de Karaoke en pasitas, una sonrisa perversa se dibujó en los labios de Cartman y sin más hablo por el micro abierto. —Kyle, esto es para ti bebé. Zorra aléjate de mí hombre de una puta vez.—Empezó a cantar la canción de I Swear haciendo ver a Kyle como un jodido homosexual frente a todos, lo que no contaba es que en Pasitas estaba trabajando una de las chicas Asiáticas que no tarde en hacerse ideas de ellos y así fue como empezaron a crearse los dibujos "Kyman". [?]

No sabía si quiera como lo había logrado, él era un asco con la seguridad en si mismo en estos temas y de igual forma no era su estilo para nada. Al voltear vio una expresión que no pudo interpretar en la cara de su acompañante y la ansiedad volvió a Kyle, como si le hubiera traicionado de alguna manera. Es un asco que te guste alguien. —¿Qué te pasa, gordo?—

Con cada golpe que dió y recibió sentía un alivio que hace tiempo no sentía, se enfrascó tanto en la confusión gay que sufrió gracias a Cartman que había olvidado como se sentía el que las cosas fluyeran con él. Estaba consciente de que no podía bajar completamente la guardia si no quería verse descubierto por su amigo pero tampoco iba a pensarlo de más.

Es por eso que cuando llegaron a Pasitas y les tocó una mesera que a sus ojos era guapa pero bastante inquietante a la vez sin saber la razón, decidió simplemente seguirle el juego a la chica, mirando una que otra vez de reojo a Cartman. Su atención quería estar en él y eso le aterraba un poco, así que ahora se enfrascó totalmente en los coqueteos pagados de la pelirroja para con él, incluso guiñándole un ojo cuando la chica ya planeaba retirarse a meter su orden (consejo de Kenny).

Ambos caminaron hasta aquel restaurante en donde fueron recibidos por un montón de chicas atractivas, sin embargo ya en la mesa no le presto demasiada atención a la mesera aunque era realmente atractiva, pelirroja y de ojos verdes, la observo a ella y posteriormente a Kyle, incluso compartían aquella nariz judía. Jam, tendría que ir al psiquiatra, ¿desde cuándo le gustaba ese rasgo? La pelirroja parecía realmente interesada en ambos cosa que inconscientemente incomodo a Cartman y no era por la rivalidad que solía tener con el judío, más bien era una incomodidad de que aquella puta tocara al judío a pesar de que también le tocaba a él.

—¡Ahhhh, hijo de perra!—El golpe lo había hecho sangrar y sin pensárselo dos veces lo golpeo justo en aquella nariz característica de los judíos, en el suelo repartieron golpes hasta quedar completamente exhaustos y muy jodidos.

Cartman se incorporó con dificultad pero se sentía extrañamente bien, Kyle y Cartman compartían un vínculo como el del Joker y Batman, se odiaban pero no podían estar ni subsistir el uno sin el otro, en cuanto se incorporó se sacudió la nieve y se acercó hasta el judío extendiéndole la mano para ayudar a levantarlo.—Vamos, te pagare a la puta esta noche judío.—Se sentía de humor como para ir a Pasitas y comer unas alitas enchiladas en conjunto de papas fritas.

[. . .]

—¡Ay! ¡Carajo!— El golpe había dolido bastante, probablemente quedarían marcas que luego tendría que esconder frente a sus padres. O solo mentiría y le diría a su hermano que le haga segunda, no estaba del todo seguro aún(?).

La situación era enferma y las palabras de Eric eran retorcidas, hasta él sabía eso y debía decírselo. Pero no lo hizo. Por alguna extraña razón no pudo evitar la amplia sonrisa enternecida que se expandió por todo su rostro, era aliviador que las cosas volvieran a ser como eran y (aunque aún no se acostumbraba a sus recién descubiertos pero no profundizados sentimientos) disfrutaba cada golpe que recibía y daba respectivamente. Amaba la atención de Cartman solo para él, en su mente no importaba si esta fuera de buena o mala manera. Soltó un golpe duro directo a la mandíbula de su amigo, se sentía tan liberador que tendría que preocuparle.—Te voy a patear el culo por ser un maldito imbécil, gordo de mierda.—

—¡Auch!—Soltó un quejido de gordo, pero aquello no se quedaría así, el puño de Cartman se estrelló contra la mejilla del judío, ¡carajo! La cara y los nudillos le dolían, pero enfermamente todo se sentía familiar de nuevo. —Mi odio hacia ti no se lo debo a la puta de Heidi. El odio que nos tenemos es nuestro, no dejemos que otra perra se interponga.—Sonreía esperando que el judío se le aventara encima, era la forma en la que siempre resolvían las cosas. ¿Por qué cambiarlo ahora? Después lo llevaría a comer a Pasitas, es más hasta le pagaría a la puta para que los acompañara, aunque ya no estaba tan seguro de querer a una perra entre ellos de nuevo.

Ahora mismo le apetecía más estar con sus amigos como antes, irónicamente nadie le interesaba tanto como para agarrarse a golpes, ni el hippie ni el pobre parecían valer lo suficiente ya que los había perdonado de inmediato, pero era diferente con Kyle, en su retorcida mente lo que tenían era algo “especial”.

Con eso en mente rechinó los dientes de rabia y soltó el primer golpe sorpresivo contra el redondo rostro de su amigo. Iba a sacar toda su maldita frustración partiéndole la cara.